Qué tan buena es la leche para mi gato

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En los dibujos animados, en las películas y en los cuentos, los gatitos lindos lametean rica leche en un platito o tazón. Pero, ¿es buena la leche para nuestros amigatos? No le demos más vueltas al tema, veamos qué dicen los especialistas en nutrición felina.

En principio, hemos de decir que ni los gatos ni los perros tienen las enzimas necesarias para descomponer adecuadamente el azúcar de la leche de vaca, conocido con el nombre lactosa. Del mismo modo que hay personas intolerantes a la lactosa, los gatos carecen de estas enzimas digestivas. Así, si las enzimas adecuadas no están presentes, la lactosa no será digerida, y fermentará en el intestino, causándole diarrea y problemas estomacales.

Algunos gatos la toleran más

Algunos animales toleran un poquito de leche, y otros nada en absoluto. A menudo, los gatos domésticos rechazan menos la leche que los gatos libres, quizás por una cuestión de costumbre. Habremos de observar a nuestro gato y ver qué tal le sienta una pequeña cantidad. Si tenemos suerte, podemos seguir dándole, pero siempre vigilando que sean pequeñas cantidades, justo las que no le produzcan diarreas. Y siempre mejor la desnatada que la semi o la entera.

Sin embargo, hay casos en los que sienta bien cualquier tipo de leche de vaca. Suele ocurrir a gatos a los que se ha acostumbrado a tomar leche justo después de haber sido destetados de su madre. Así, si el gato no ha perdido las bacterias que le permiten digerir la leche, podrá tomarla sin problemas, ya sea ésta entera, semi o desnatada. Pero ojito con darle mucha leche, un exceso puede provocarle problemas de salud, como la aparición de cálculos renales. A estos gatos que la digieren también puede empezar a sentarles mal si dejamos de darles durante un largo tiempo: esas bacterias habrían desparecido y vendrán las diarreas, es decir, la intolerancia.

Si adora la leche pero le sienta mal… una de dos: o le das pequeñas cantidades, siempre que la tolere o, todavía mejor, dale leche especial para gatos. Hay fórmulas para gatos en venta en tiendas de animales o en la sección de comida para animales de los supermercados. Aunque su precio es mucho más alto que el de la leche sin lactosa para personas, que también puedes darle y te saldrá más económica, incluso podéis compartirla.

No es necesaria, y prohibida para gatitos

Cuando los gatitos son destetados pierden la capacidad de digerir la lactosa. El calcio que necesitan lo reciben de su alimentación cotidiana, que debe ser balanceada.

Si tenemos que alimentar a gatitos, recordemos que la leche de vaca no sirve para cubrir sus necesidades, y puede hacer que enfermen y provocarles diarreas, especialmente a partir de los tres meses de edad. Lo indicado en estos casos es comprar leche especialmente formulada para alimentar a los gatos de poca edad. En el mercado existen muchas marcas que comercializan sustitutos de leche materna para mininos hasta las ocho semanas de edad. A partir de este momento, ya no necesitan la leche, que hasta ahora les proporcionaba las grasas y las proteínas necesarias para vivir. Deben pasar a comida especial para gatitos, bien sea en pienso o en alimento húmedo, y siempre con agua a su disposición.

Así, a partir de los tres meses de edad, la mayoría de los gatos han desarrollado intolerancia a la lactosa y lo aconsejable es no darles, pues no resulta necesario para su dieta.

Y, por supuesto, de ningún modo puede usarse la leche como única fuente de alimento, pues no va a cubrir todas sus necesidades nutricionales. En este caso, al menos, no se cumple el dicho popular que dice que la leche es uno de los alimentos más completos.

Otra cuestión muy importante: si observas que tu gato enferma tras probar la leche, bien sea por mucha o poca cantidad, o si ves algunos síntomas raros, consulta rápido a tu veterinario para averiguar si se trata de intolerancia o de una reacción alérgica.

Como lácteo, la leche puede provocar una reacción alérgica por problemas de hipersensibilidad alimentaria. Es por ello que hay que estar atentos y no pasarlo por alto, la salud de nuestro gato lo agradecerá.

La alergia alimentaria se produce de forma más común de lo que podríamos pensar.

En los gatos, este tipo de alergia es el segundo tipo de alergia más común en gatos, después de las provocadas por los parásitos externos, y en los perros es la tercera.

La leche ocupa un importante lugar como causa probable de estas alergias, junto con otros alimentos, como la leche de vaca, los huevos o los pescados. ¿Qué síntomas podemos observar? El problema es que algunos se confunden con los producidos por la intolerancia alimentaria, como vómitos y diarreas.

Otros síntomas son la pérdida de peso, estornudos, tos, rascarse excesivamente, incluso morderse o frotarse de forma anormal. En caso de observar comportamientos extraños de este tipo, el veterinario tendrá que averiguar si se trata de intolerancia o de alergia.

Todos estos comportamientos, o alguno de ellos aislado, pueden estar relacionados con una reacción alérgica a algún agente externo, o algún alimento. Si sospechamos que nuestro gato podría estar sufriéndola, el veterinario debe actuar enseguida.

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