Análisis genómico de Escherichia coli resistente a la cefalosporina de tercera generación procedente de estiércol de vaca lechera.

0
1826

La industria de las vacas lecheras en Canadá genera ~ 10 millones de kilogramos de estiércol anualmente, que se aplica a los campos agrícolas como fertilizante [1].

Este estiércol es, por lo tanto, una valiosa fuente de nutrientes para los cultivos; sin embargo, también puede ser una fuente de bacterias transmitidas por el estiércol que podrían contaminar el medio ambiente y penetrar en la cadena alimentaria [2]. Los patógenos bacterianos que se encuentran comúnmente en el estiércol bovino pueden presentar un riesgo importante de infecciones para los seres humanos [3, 4].

Las vacas lecheras son frecuentemente tratadas con antibióticos de cefalosporina para prevenir o curar la mastitis causada en gran parte por Escherichia coli u otras bacterias patógenas [5,6,7]. Por lo tanto, el estiércol de vaca lechera podría ser un importante reservorio de varias bacterias resistentes a los antibióticos (ARB) y sus correspondientes genes de resistencia a los antibióticos (ARG) (conocidos colectivamente como resistome) [8].

Una alta prevalencia de ARGs en E. coli comensales presentes en el estiércol de vaca lechera refleja la selección de determinantes de resistencia y podría tener consecuencias potenciales en la salud si se transfiere a bacterias patógenas [9]. Estudios previos proporcionaron evidencia de que la mayoría de los ARG presentes en los patógenos humanos tienen un origen ambiental [10,11] y que los ARB en el estiércol se relacionaban filogenéticamente con los patógenos humanos [12].

Además, la aplicación terrestre de estiércol que contiene ARB podría facilitar la diseminación de ARG entre las bacterias a través de la transferencia horizontal de genes [13]. Aunque el uso extensivo de antibióticos aumenta la abundancia de bacterias resistentes en el estiércol [9], también se sabe que el BRA podría ser abundante en estiércol de animales sin antecedentes de uso de antibióticos [2], lo que indica la presencia natural de bacterias intrínsecamente resistentes a los antibióticos en el intestino animal.

Fuente: MDPI

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here