Purines: tomar el liderazgo

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Pueden encontrarse modelos en otros sectores industriales y deberían buscarse sinergias. El pasado junio se publicó la Orden ETU/555/2017, de 15 de junio, por la cual se actualizaron al alza las tarifas que se aplican a las plantas de cogeneración eléctrica y térmica, destinadas a la concentración térmica de purines. Estas plantas, que hasta el año 2014 venían tratando anualmente 2,53 millones de toneladas de purines, tuvieron que cerrar temporal o definitivamente, o presentar concurso de acreedores, a raíz de la Orden IET/1045/2014, de 16 de junio, por la que se aprobaban unos parámetros retributivos, con efecto retroactivo desde julio de 2013, muy inferiores a los anteriores y que no permitían la operación de las 29 instalaciones existentes. La revisión actual es la respuesta del ministerio a la sentencia del Tribunal Supremo de 20 de junio de 2016, por la que declaraba nulos los anexos de la Orden de 2014 sobre las instalaciones de tratamiento y reducción de purines, por no ser realistas los costes de referencia de inversión y operación.

La orden actual fija la vida útil regulatoria de las instalaciones en 15 años desde el momento de su puesta en marcha, en lugar de los 25 anteriormente fijados, por lo que pocas podrán plantearse reemprender la actividad. Tal vez algunas puedan hacerlo durante unos pocos años, si pueden hacer frente a los costes de inversión necesarios para actualizarlas después de unos tres años sin operación. En definitiva, la orden es simplemente un cumplimiento de mínimos y a regañadientes de una sentencia del Tribunal Supremo, sin ninguna apuesta de futuro, que fue recurrida por ADAP, la asociación que agrupa a las plantas.

Fuente: AgroMeat

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