Acuicultura en México:Un país pionero en la actividad

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La acuicultura mexicana es una actividad que no ha llegado a desarrollar su máximo potencial. Al igual que en la mayoría de los países latinoamericanos.

A pesar que en México la acuicultura tiene una larga data, esta actividad aún no se consolida como un sector económico relevante para ese país. Y es que la zona donde hoy en día están ubicados los Estados Unidos Mexicanos (así se llama oficialmente dicho país) sería una de las primeras donde se desarrolló la actividad acuícola en América.

De esa manera, para varios investigadores, el cultivo de especies acuáticas en ese territorio tiene sus orígenes en la época prehispánica. Se dice que en esos años se cultivaban especies de organismos acuáticos que eran alimentados en cercos o tapos, para la producción de alimento y otros fines. En ese orden, hay registros que los mayas cultivaron ejemplares de pejelagarto Atractosteus tropicus y pejesapo, para su mantenimiento y engorda.

No obstante, la acuicultura moderna en México comienza a desarrollarse en 1883, con la publicación de un tratado sobre la actividad en el país que dio las bases para el desarrollo de este sector productivo. En ese año se importaron desde los EE.UU. 500 mil ovas de trucha arco iris, con lo cual comenzó un largo proceso para expandir la acuicultura mexicana, con el objeto de complementar el apoyo social a las comunidades rurales. Un camino lleno de altibajos, lo que redunda en que actualmente el sector acuícola no esté consolidado en el país norteamericano. Ello, porque según la FAO, la normativa del sector no es muy clara, mientras que la producción pesquera y acuícola mexicana se encuentra asociada a deficiencias estructurales, además de limitaciones de carácter organizacional, tecnológico, de asistencia y capacitación en el trabajo.

Zonas y especies

Actualmente, el noroeste de México es la zona que concentra la mayor parte de la producción acuícola nacional. Según datos de la Semarnat, en el año 2002 esa región concentró el 88% del PIB acuícola mexicano. Aquí destacan los estados de Sonora y Sinaloa, que están ubicados en las costas del golfo de California y que es la zona donde se localiza la mayor parte de las unidades de producción acuícola del país. De acuerdo con la Carta Nacional Pesquera, hasta el año 2004, en México se cultivaban 64 especies acuáticas. Éstas se dividían en 26 especies de peces de agua dulce (9 nativas, 14 introducidas y 3 híbridos), 5 especies de peces marinos (nativos), 14 de moluscos (12 nativas y 2 introducidas), 6 especies de crustáceos de agua dulce (4 nativas y 2 introducidas), 7 crustáceos marinos (todos nativos) y 6 especies de anfibios (5 nativas y 1 introducida).

En el año 2003, la actividad acuícola mexicana totalizó las 204.012 toneladas de producción en todo el territorio. De ellas, el camarón fue la más cultivada, con 61.704 toneladas, producción que tuvo un valor 245 millones de dólares. Según el documento Visión General del Sector Acuícola Nacional de México, elaborado por la FAO, el cultivo de camarón representa el más tecnificado de ese país, siendo además un producto con calidad de exportación.

Las dos especies de este crustáceo que se producen de manera comercial en territorio mexicano son el Litopenaeus vannamei y el Litopenaeus stylirostris, las cuales se cultivan de manera intensiva, semi-intensiva y extensiva, principalmente en estanques de concreto.

En segundo lugar se ubicó la tilapia, con 58.660 toneladas y un valor de 57 millones de la divisa norteamericana. Este pez fue introducido en México a fines de la década de los 60 y hasta el momento ha dado excelentes resultados en ese país. Comercialmente se produce en forma intensiva, semi-intensiva y extensiva, pudiéndose cultivar junto a otras especies como camarón y langostino. La tilapia también se produce para repoblar embalses y para dar subsistencia a sectores rurales de la población mexicana, es decir, de manera semi-comercial.

En tanto, durante el 2003, el ostión fue la tercera especie de importancia comercial para México. En ese año su producción llegó a las 48.291 toneladas y su cultivo se realiza de manera extensiva y semi-intensiva. Las especies que se producen en ese país son la Crassostrea virginica, la Crassostrea gigas y la Crassostrea corteziensis. En México también son de importancia especies como la carpa y la trucha. En el caso de la primera, se cultivan seis especies, destacando la Cyprinus carpio, de la cual se producen tres variedades. La carpa se cultiva en sistemas semi-intensivos y extensivos, destinándose tanto para consumo humano como para repoblamiento de embalses. En cuanto a la trucha, comercialmente se producen tres especies: trucha arco iris Oncorhynchus mykiss, trucha café Salmo trutta y trucha de río Salvelinus fontinalis. Se cultivan en sistemas intensivos y semi-intensivos, para lo cual se utilizan estanques de concreto, canales de corriente rápida -raceways- y balsas jaulas.

Otra especie con gran potencial en México es el bagre de canal Ictalurus punctatus, la cual se cultiva para consumo humano y para repoblar algunos embalses. Se produce en sistemas intensivos y semi-intensivos por medio de jaulas flotantes, estanques de concreto, tanques circulares y canales de corriente rápida o raceways. Su producción en el año 2002 superó levemente las 2 mil toneladas.

Marco institucional

Desde el año 2001, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) es la entidad que ha estado a cargo de la administración de la legislación pesquera y acuícola. Sus funciones y responsabilidades incluyen, entre otras, la demarcación de zonas aptas para la acuicultura, la reglamentación de la introducción de especies y la promoción del desarrollo de la acuicultura.

Por su parte, la Comisión Nacional de acuicultura y Pesca (CONAPESCA), es un ente administrativo de la SAGARPA, fue creada en el 2001 y tiene bajo su responsabilidad la administración, coordinación y desarrollo de políticas en relación al uso y explotación sustentable de los recursos pesqueros y acuícolas. Este organismo cuenta con el apoyo del Instituto Nacional de Pesca (INP), que es la institución responsable de la investigación científica y tecnológica, además de brindar asesoría en materia de la conservación, repoblación, promoción, cultivo y el desarrollo de especies acuáticas. A través del INP se ha desarrollado la Carta Nacional Pesquera, instrumento que constituye un inventario actualizado de los recursos pesqueros disponibles en los cuerpos de agua mexicanos.

Perspectivas

Según la FAO, la acuicultura representa para México ?una alternativa real para ampliar la oferta alimentaria en dicho país, contribuyendo a la seguridad alimentaria, generación de divisas y crear fuentes permanentes de empleo, estimulando el desarrollo regional?. Sin embargo, para fortalecer y consolidar esta actividad productiva, sería necesario promover la diversificación y tecnificación del sector, a fin de incrementar su eficiencia productiva, reducir posibles impactos negativos, diversificar las líneas de producción e incrementar la rentabilidad económica y social.

A su vez, el documento de la entidad de la ONU señala que la geografía mexicana presenta una gran diversidad de condiciones climáticas y ecosistemas que contribuiría al desarrollo de un sector acuícola muy diversificado. En ese orden, el desarrollo de la acuicultura en México dependerá de la aplicación exitosa de tecnologías eficientes y de procesos de innovación, modernización y reconversión productiva.

Fuente: http://www.mundoacuicola.cl/comun/index.php?modulo=3&cat=4&view=1&idnews=56