El agua y el futuro energético, las dos grandes incógnitas para la sostenibilidad

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A la inversa, el sector hídrico requiere energía —principalmente en forma de electricidad— para extraer, tratar y transportar el agua.

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La seguridad energética e hídrica es fundamental para el desarrollo humano y económico. Ambos recursos están ahora más interconectados que nunca: se necesitan grandes cantidades de agua en casi todos los procesos de generación de energía.

A la inversa, el sector hídrico requiere energía —principalmente en forma de electricidad— para extraer, tratar y transportar el agua. Tanto la energía como el agua se usan en la producción de cultivos, incluidos aquellos que se emplean para generar energía a través de los biocombustibles.

Pero los recursos hídricos y energéticos están bajo una presión sin precedentes, ya que las personas, las industrias, los ecosistemas y las economías en crecimiento compiten cada vez más por su uso. Cuando la población mundial llegue a los 9.000 millones de personas, la alta demanda requerirá un aumento de un 50% en la producción agrícola y un 15% en la extracción de agua, que ya enfrenta dificultades. Para 2035, el consumo mundial de energía subirá un 35%, lo que a su vez incrementará el uso de agua en un 15% y el consumo en un 85%, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

El cambio climático añadirá más incertidumbre a través del aumento de la variabilidad hídrica y las inundaciones y sequías más graves y frecuentes. Los sistemas energéticos son cada vez más vulnerables a los efectos de este fenómeno. A medida que aumenta la temperatura, se calientan los ríos y lagos de donde las centrales obtienen su agua de refrigeración, lo que hará más difícil generar electricidad en las próximas décadas.

Riesgos para el sector energético

La escasez de agua ya amenaza la viabilidad a largo plazo de los proyectos energéticos en todo el mundo. Solo en el 2013, la falta de este recurso obligó a cerrar centrales térmicas en India, provocó la baja de la producción de energía en centrales de Estados Unidos, y puso en peligro la capacidad hidroeléctrica en muchos países, entre ellos Sri Lanka, China y Brasil.

Casi el 93% de las reservas de petróleo en tierra de Oriente Medio está expuesto a riesgos medianos y muy altos de carencia de agua. Los países en desarrollo son los más vulnerables, ya que con frecuencia no tienen la capacidad para satisfacer el rápido aumento de la demanda.

A pesar de estas preocupaciones, la actual planificación y producción energética se hace a menudo sin tener en cuenta las limitaciones presentes y futuras de agua y los riesgos de eventos extremos.

Soluciones deben ser adaptadas para abordar cuestiones complejas

Existen varias soluciones para enfrentar el desafío hídrico y energético y muchos países ya están adoptando medidas audaces.

Además, los países pueden reducir la dependencia del agua mediante el uso de sistemas de refrigeración alternativos en las centrales térmicas y explorando opciones de aguas salobres y salinas, y mejorar la eficiencia de las centrales energéticas, reemplazando las plantas antiguas e ineficientes.

Estas soluciones dependen, sin embargo, de muchos factores, tales como la tecnología, el ambiente y el financiamiento, y son específicas de cada lugar. Combinar la toma de decisiones sobre inversión y la planificación puede garantizar que todas las cuestiones complejas relacionadas con la energía y el agua sean abordadas de manera adecuada.

Fuente: http://www.ecoticias.com/sostenibilidad/88995/noticia-medio-ambiente-agua-futuro-energetico-grandes-incognitas-sostenibilidad