La brillante capacidad natural de algunos organismos podría comportarse de una forma nunca antes imaginada y que nos ayudaría a reducir el uso de combustibles fósiles, los mismos que están destruyendo el medio ambiente. Para ello, el diseñador holandés Daan Roosegaarde busca fusionar las bacterias bioluminiscentes con las plantas para que los árboles puedan iluminar las calles de las ciudades de forma más natural. Sí, ¡árboles en vez del alumbrado público que ya conoces! ¿Te lo imaginas? ¿Cómo lo hará?
Roosegaarde toma como base el experimento que hizo la Universidad de Cambridge con el que se logró modificar el material genético de las luciérnagas con la bacteria bioluminiscente Vibro fischeri, una hazaña científica que pretende aumentar la producción de enzimas ligeras que, al final del proceso, pueden insertarse en los genomas de los árboles. Como antecedente de éxito, en 2016 una campaña de Kickstarter logró crear una lámpara de algas que almacena energía producida por la fotosíntesis acumulada durante un día soleado para generar luz por la noche.
“No necesitamos al sol para crear luz, podemos replicar el sistema de las medusas que viven en la penumbra marina y que generan su propia luz de manera autónoma. Podemos aprender de ellas”, dijo a Dezeen Roosegaarde.