Esta comunidad es suigéneris, su conformación no es tradicional, pues aparte de académicos y estudiantes, se encontrarán vacas, becerros, borregos, conejos, pavos, y otras especies. En suma, hablamos del rancho de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, donde toda la teoría se lleva a la práctica.
Ordeñar a las vacas dos veces al día, limpiar el establo, alimentar a los animales, son tareas diarias que se realizan en el Campo 4 de la FES, ubicado en el municipio de Cuautitlán Izcalli, Estado de México.
En ese lugar se lleva a cabo, desde la reproducción de los animales, hasta la transformación de la leche (en el caso de los bovinos) en derivados: queso Oaxaca, panela, manchego, asadero, botanero, gouda, así como chongos zamoranos, yogur, natillas, cajeta, rompope y hasta quesos franceses.
“Son productos naturales, sin aditivos, de la mejor calidad”, destacó María de Lourdes Ramírez, ingeniera en Alimentos de la FES Cuautitlán y responsable del proceso de transformación de los productos lácteos.
Lulú, como le gusta que la llamen, señaló que en este espacio se otorgan cursos de capacitación a pequeños productores de la región y a empresas como Alpura, Lyncott y Nestlé.
Escuelas de gastronomía acuden al rancho para realizar prácticas profesionales. Asimismo, se llevan a cabo estadías de bachillerato de los municipios vecinos para capacitar a la gente, y hasta escuelas para niños con capacidades diferentes (síndrome de Down, autismo) acuden a tomar los talleres como la Fundación Cedac A.C.
“Les ofrecemos una alternativa para que se incorporen a la vida laboral y puedan vivir de eso, es una responsabilidad de la UNAM”, expresó María de Lourdes Pérez Mendoza, veterinaria de la FES y encargada de los lácteos.
De esta manera, todo lo que produce esta entidad universitaria se vende en el módulo de ventas que se encuentra al interior del campus, así que no duden en comprar unos quesos cuando se encuentren por la zona, porque además de ricos, están a muy buen precio.
Fuente: UNAM