En los últimos años varias investigaciones han encontrado que los ingredientes contaminados con los que se fabrican los piensos son la fuente principal de salmonela en el entorno de la producción de piensos. Por lo tanto, lo más aconsejable es asumir que todos los ingredientes crudos para fabricar piensos están contaminados. La contaminación puede producirse tanto durante el procesamiento como la manipulación y algunos de esos ingredientes serán manipulados en diversas ocasiones antes de que llegue al usuario final. Por lo tanto, es de vital importancia comunicar las repercusiones negativas de la salmonela a los proveedores de estos ingredientes y comprar ingredientes sólo de proveedores que cuenten con un historial verificado en control de salmonela.
Al recibir los ingredientes en las instalaciones para la producción de piensos, es fundamental que el personal de la fábrica inspeccione cada una de las mercancías en busca de signos de contaminación y rechace aquellas que muestren indicios de estar contaminadas.
Asimismo, el control del polvo es esencial, ya que se ha probado que puede llegar a ser una fuente importante de contaminación de salmonela en las fábricas de piensos. El polvo puede generarse en varios puntos de la fábrica como la zona de recepción de las materias primas, los molinos de martillos, los molinos de rodillos, los sistemas de mezcla y las zonas de envasado. Para garantizar el control de la salmonela es necesario que se apliquen medidas eficaces para controlar el polvo en toda la instalación y garantizar tener bajo control la salmonela.
Diseñar instalaciones sucias e instalaciones limpias: En una instalación de procesamiento de soja, la fuente principal de contaminación eran las semillas de soja que se recibían. Aunque las tasas de contaminación en la zona de recepción eran relativamente bajas, se identificó a los operarios como la principal fuente de contaminación cruzada por Salmonella en la planta, sobre todo a través del calzado de los trabajadores. Para evitar la contaminación cruzada, es fundamental identificar las zonas de las instalaciones de la fábrica como «sucias» o » no procesadas», donde se restringirá el movimiento del personal, del equipo así como el flujo de aire de estas zonas a las zonas «limpias» o «procesadas».
Reducir la acumulación de aceite o grasa: El aceite de soja parece proteger a la Salmonella de las condiciones ambientales, dificultando que sea eliminada en aquellas zonas donde se acumula la grasa. Por lo tanto es importante reducir la acumulación de aceite o grasa en el entorno de la fábrica de piensos para disminuir la supervivencia y la propagación de la salmonela.
Control de roedores: Los roedores desempeñan un papel importante en la propagación de la salmonela en el entorno circundante. Se han notificado altas tasas de contaminación por Salmonella (de hasta el 47%) en roedores analizados (F.T. Jones, 2011). Para abordar este problema, es fundamental adaptar medidas de control contra los roedores en los programas para controlar la Salmonella en las instalaciones donde se fabrican los piensos.
Control de aves silvestres: Las aves silvestres son otra fuente potencial de contaminación por Salmonella, ya que pueden transportar la bacteria desde diversas fuentes como comederos de jardín, aguas residuales, vertederos, carroña, agua potable, heces de animales o de otros piensos cercanos. En determinados tipos de aves silvestres, la Salmonella puede incluso llegar a convertirse en parte permanente de su flora intestinal. Por lo tanto, el control de las aves silvestres es crucial en los programas de control de Salmonella en las fábricas de piensos.
Uso de medios de transporte higiénicos: Los vehículos de transporte, como camiones o vagones de ferrocarril, también se han identificado como fuentes potenciales de contaminación. Lo ideal sería que los vehículos utilizados para la entrega de materias primas se dedicaran exclusivamente a este tipo de entregas y se limpiaran a fondo después de cada entrega. Sin embargo, puede que esto no sea siempre factible desde un punto de vista económico o logístico. Como mínimo, se debería exigir a los transportistas que informen del contenido de las tres últimas cargas que han entregado y que proporcionen información sobre los procedimientos de limpieza utilizados en sus vehículos.
Diseño y mantenimiento adecuados de los sistemas: Los sistemas mal diseñados o con un mantenimiento indebido pueden generar calor en los materiales del suelo, dando lugar a la migración y concentración de humedad, lo que puede facilitar el crecimiento microbiano, incluida la Salmonella.
Se ha demostrado que los sistemas de peletización (tratamiento térmico) reducen los índices de aislamiento de Salmonella entre un 50 y un 93%. Sin embargo, estos sistemas se basan en el vapor para la destrucción de patógenos y el vapor también añade humedad a los piensos peletizados. Aunque los sistemas de peletización que funcionan bien eliminan la humedad añadida a través de enfriadores de pellets, la contaminación en los propios enfriadores puede ser mayor debido al aumento de la humedad por condensación en las superficies interiores, lo que crea condiciones favorables para el crecimiento de Salmonella.
¿Cómo eliminar la Salmonella de los piensos?
Existen varios métodos para eliminar la Salmonella de los piensos, como el peletizado (procesamiento térmico), la adición de productos químicos o una combinación de ambos. Varios factores influyen en la eficacia de estas estrategias. Por lo tanto, la supervisión periódica de los métodos de control es esencial para evaluar su eficacia.
El proceso de peletización consta de tres etapas principales: acondicionamiento, peletización y enfriamiento.
El acondicionamiento se considera la parte más crucial, en la que se añade vapor al pienso, aumentando el calor y la humedad. Durante esta fase se produce la activación de los inhibidores químicos y la reducción de patógenos como la Salmonella. Factores como la temperatura, el tiempo y la humedad desempeñan un papel importante en la letalidad microbiana durante esta fase. Se recomienda que la temperatura oscile de 80 a 85°C (175 a 185°F). Los tiempos de acondicionamiento pueden variar en función del equipo utilizado. También pueden emplearse expansores y sistemas basados en la extrusión para mejorar la letalidad microbiana.
El proceso de peletización puede reducir eficazmente la presencia de Salmonella en aproximadamente un 80 a 85%. Sin embargo, su eficacia puede verse limitada por factores como la composición del pienso, una nueva contaminación o ambos.
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