Compaginar sustentbilidad y agricultura, una prioridad para México

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La ecoagricultura consiste en sistemas de uso de la tierra administrados tanto para la producción agrícola como la conservación de la biodiversidad.

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El primer paso que una nación debe dar en la compaginación de agricultura y sustentabilidad es la aceptación social, tal y como ha sido en la UE.

El sector agropecuario mexicano representa el 3.8% del PIB y emplea al 13.1% de la población económicamente activa.

Para diversos científicos es urgente instaurar una política en México que haga posible la convivencia de la conservación de la biodiversidad con los campos agrícolas en la producción de alimentos para la población y desde un principio dirima los conflictos de ampliación de los campos de cultivo, el derribo del arbolado, la fragmentación de la flora y fauna, entre otros aspectos; para de esta forma paliar el abasto de alimentos como el combate al cambio climático.

En relación a esto, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lleva a cabo una investigación para examinar las sinergias entre la agricultura y el medio ambiente para evitar la fragmentación del paisaje que separa a las especies animales en unidades pequeñas y las hace susceptibles a la extinción. Según la UICN, actualmente casi la mitad de las áreas naturales protegidas (ANP) del mundo están en regiones donde la agricultura hace un uso importante de la tierra y la producción de alimentos, la cual tendrá que aumentar en las próximas décadas para mantener el paso de la demanda de alimentos que se prevé aumente en 50 ó 60% al 2030.

De esta forma, la organización internacional promueve la ecoagricultura, la cual consta de seis pasos: reducir la destrucción de hábitats aumentando la productividad y sostenibilidad agrícola actual, mejorar los hábitats y establecer franjas o corredores que unan espacios no cultivables (como ocurre en algunos países de la Unión Europea —UE-); establecer áreas protegidas cerca de zonas de cultivo; imitar los hábitats naturales integrando plantas perennes productivas; usar métodos de cosecha que reduzcan la contaminación y mejorar la calidad de los hábitats dentro de y alrededor de los sembradios.

Por dicha razón, catedráticos mexicanos opinan que debe copiarse y aprender de la experiencia europea ya que en la actualidad este tipo de proyectos es muy poco existente en México, ya que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) se ha concretado en fomentar una agricultura sustentable que se centra en dotar de recursos a los productores para la generación de energías, programas de desarrollo de zonas áridas, microcuencas que aprovechen el agua y la conservación de los recursos genéticos.

Acciones que buscan asegurar la sustentabilidad del medio agropecuario, ante la difícil situación en materia de fondos, recursos y contingencias ambientales que presentan tanto en México como el resto del mundo y buscar frenar la ampliación de la frontera agrícola con el fin de conservar especies desplazadas.

Por ello, se busca que la ecoagricultura, que consiste en sistemas de uso de la tierra administrados tanto para la producción agrícola como para la conservación de la biodiversidad silvestre subsane los grandes contrastes que se presentan entre los productores agrícolas de países en desarrollo; entre aquellos que viven en pobreza, la falta de tecnología y padecen de graves sequías que se presenta actualmente en suelo mexicano y conlleva a provocar pérdida de biodiversidad al usar más tierras y recursos en la producción de sus parcelas. Mientras tanto, en los cultivos de grandes industriales es frecuente el exceso de tecnología y métodos que crean más contaminación o la compactación del suelo, provocando erosión.

Ante la devastación de nichos naturales para campos agrícolas, la UE considera este fenómeno como un ecocidio y califica a estos megacampos cultivados como “ecosistemas muertos”, pues en ellos no crece nada que no sean los insumos predestinados.

Por tal situación, en naciones como Alemania se desarrolla de forma experimental la creación de franjas verdes en los sistemas de cultivo, es decir, franjas sin podar, sin destruir su flora natural que se localizan en medio de grandes extensiones de plantíos, y que han permitido la anidación de aves como son los aguiluchos endémicos del norte de este país de la UE, organismo que analiza la ampliación de estos sistemas que se considera deben ocupar 5% de la extensión de los campos utilizados por la agricultura.

Para la UE, este prototipo de convivencia de la biodiversidad y agricultura deberá conllevar un reajuste en la distribución de subsidios agrícolas que supera enormemente a los apoyos de conservación de la biodiversidad, política que México pudiera replicar y que lamentablemente no ha aplicado, más que puede ser copiado apoyándose en diversos programas de intercambio en materia de medio ambiente, como se tiene con uno de los integrantes de la UE como es Francia a través de su Agencia Francesa de Desarrollo y el gobierno federal de México, cuyos apoyos oscilan arriba de los 700 millones de euros y que pueden dar la oportunidad de no sólo proteger a la biodiversidad sino de dar cabida a proyectos como es la ecoagricultura.

La experiencia europea señala que gran parte de la fauna silvestre más emblemática (aves esteparias, rapaces, linces, osos, lobos, anfibios, reptiles, etc.) se vería gravemente afectada sin la existencia de estos autollamados “agropaisajes”, donde viven, se refugian y/o encuentran alimento los animales. En este sentido, la presencia de una vegetación forestal residual alrededor o en el interior de los cultivos no sólo es importante para la alimentación, nidificación o refugio de la fauna, sino que además cumple una función importante tanto en el funcionamiento del agrosistema.

Al respecto, el gobierno mexicano ha tratado de paliar dicha situación por medio de diversos programas para la protección ambiental y el fomento del desarrollo humano, como es la protección de las ANP (que abarcan el 11.5% del territorio nacional) como sus zonas de amortiguamiento con proyectos como es el de “Pago por Servicios Ambientales”, que ofrece incentivos a los propietarios de los bosques por conservarlos en pie y no talar sus recursos naturales.

Sistema similar que de cierta forma adoptan las franjas verdes de Europa, pero que no ha tenido el mismo éxito del modelo europeo que permite la convivencia al unisonó de la biodiversidad original con sembradíos de alimentos, sino que en México se aíslan uno del otro con zonas de amortiguamiento; por ello, catedráticos de la UNAM, como el doctor en biología, Gerardo Ceballos, estiman que este modelo europeo debiera ser puesto en práctica con programas piloto.

Cabe mencionar que la UE en la actualidad tiene dos proyectos de cooperación que de forma indirecta benefician al desarrollo de una agricultura sustentable en México. Por un lado, el proyecto Oxfam México/Rostros y Voces en el sur y sureste del país. El cual busca entre otros resultados, la construcción de modelos sustentables orientados a la recuperación y gestión de tierras, agua y energía en territorios comunitarios marginados.

Este modelo de trabajo es destinado a cerca de 500 productoras rurales de comunidades marginadas, con especial atención a grupos de mujeres campesinas, indígenas y jóvenes. Es un proyecto con un presupuesto de 720,000 euros. Por otro lado, el proyecto REDD+ (Reducing Emissions from Deforestation and Forest Degradation), LAIF (Latin American Investment Facility) , con una bolsa de 2 millones de euros, que corresponde a una donación a través del mecanismo de inversión en América Latina de la UE que busca un desarrollo rural y el manejo forestal sustentable en cuencas prioritarias de México.

Al respecto en entrevista con este reportero, Margarida Matias, Experta de temas cambio climático en la Delegación de la Unión Europea en México, el fomento de este tipo de agricultura es una decisión de México, aunque para la UE quedan claras las ventajas medioambientales de la agricultura ecológica para la protección de los recursos naturales, la biodiversidad, el bienestar de los animales y cómo ayuda en el desarrollo de las zonas rurales que pueden beneficiar a todos.

“La agricultura ecológica procura minimizar el impacto humano en el medio ambiente, mientras se asegura que el sistema agrícola funcione de la forma más natural posible, a través por ejemplo de límites en el uso de pesticidas y fertilizantes sintéticos o el aprovechamiento de los recursos de la propia granja para la fertilización o para la alimentación del ganado. Dadas las ventajas de la agricultura biológica, la UE fomenta el uso de estas técnicas entre sus Estados Miembros. Sin embargo estas no son obligatorias para los agricultores europeos y además se cuenta con incentivos para los que favorezcan la agricultura ecológica (tenemos en este momento un presupuesto de 20 billones de euros para el periodo de 2007 — 2013)”, subrayó.

Para la investigadores europea, el primer paso que una nación debe dar en la compaginación de agricultura y sustentabilidad es la aceptación social, tal y como ha sido en la UE ya que de esta forma los mercados tienen un desarrollo estable. Actualmente en la UE, la cuota de mercado de consumidores de productos ecológicos se sitúa en el 2%. Para aumentar esta cifra o mantenerla es necesario proporcionar información sobre los efectos positivos de la agricultura biológica en la población, señaló.

“En la UE esto pasa por estimular el empleo de un logotipo ecológico que certifique a los consumidores el origen biológico del producto. Al mismo tiempo estamos llevando a cabo una campaña de información y promoción de varios años de duración para informar a los consumidores, los organismos públicos, los colegios y otros interesados clave de la cadena alimentaria, sobre las ventajas de la agricultura ecológica para la salud, el medioambiente y la biodiversidad”.

Abundó que entre algunas de las ventajas de la agricultura ecológica tiene que ver con su correlación con el cambio climático, ya que diversos estudios han demostrado que la agricultura ecológica produce menos emisiones de carbono y, de esta manera, pueden ayudar a mitigar este fenómeno. Factores que posiblemente pueden contribuir a ello son: la reducción del uso energético a través del reciclaje de residuos y subproductos, en lugar de la utilización de fertilizantes sintéticos que son producidos por procesos que requieren un gran gasto energético; el mantenimiento de la vegetación autóctona y de especies vegetales en general; la retención de carbono en la materia ecológica del suelo, ya que la agricultura ecológica procura mejorar el contenido de humus del suelo.

Explicó que de acuerdo a un estudio del Instituto de Investigación en Agricultura Ecológica (FiBL) las emisiones de gases de efecto invernadero por hectárea de terreno en sistemas agrícolas ecológicos son un 32% inferiores que las que se producen en sistemas que usan fertilizantes minerales, y un 35 a 37% menores que las que se dan en sistemas convencionales que emplean abonos a base de estiércol. Según el estudio, esto se debe al hecho de que la agricultura ecológica devuelve, como media, un 12 a 15% más dióxido de carbono al suelo que los sistemas de fertilización mineral, con lo que se aumenta la fertilidad en el suelo.

Por tal razón, se estima que México debe ser un laboratorio de acciones que conjunten la visión de paliar el ahombre, preservar los ecosistemas y ser un ejemplo de uso de nuevas tecnologías y técnicas tradicionales en los campos agrícolas y aprender de sus intercambios en diversos rubros con la UE y fijar una meta de conservación y producción de alimentos de modo que la pobreza, la conservación y la agricultura estén en la misma línea del desarrollo que requiere el país.

CAMPO SUSTENTABLE, OPCIÓN CONTRA EL HAMBRE

Cabe mencionar que el sector agropecuario mexicano representa el 3.8% del Producto Interno Bruto, emplea al 13.1% de la población económicamente activa, pero el problema es que la productividad de este sector es más baja que la de otros rubros productivos; lo cual ha hecho que México ser un importador neto de productos agroalimentarios (con un déficit comercial de 3 mil 600 millones de dólares al 2010).

En entrevista con este reportero, un vocero de la organización internacional, ONE que tiene su sede en el Reino Unido y cuyo mayor icono público es Paul Hewson “Bono” del grupo U2, explicó la urgencia de aliviar el hambre con base a establecer diversas inversiones en la agricultura y poder tener un sector agrícola sustentable, especialmente en materia de conservación del agua y el control de la erosión del suelo, entre algunas de las alternativas contar con seguros para las cosechas y el ganado, establecer sistemas de alerta temprana en daño a los plantíos, desarrollar con la comunidad algunos planes de preparación para emergencias climáticas y tener programas nacionales de redes de seguridad que aseguren la capacidad de los pueblos para ganarse la vida cuando se enfrentan a problemas ambientales.

Cabe señalar que el cambio climático ha menguado en diversas partes del mundo, como es el caso de México que por una sequia que afecta a más del 70 por ciento del territorio y provoca que unos 30 millones de personas padezcan de crisis alimentaria y que requieren de contar con apoyos oficiales y de diversa índole para detener esta situación.

Para ONE, una de las principales actividades que se debe hacerse a nivel global para enfrentar la sequia es establecer una adecuada capacidad de recuperación de insumos en las granjas, almacenamiento de las cosechas, y que no se tengan problemas de logística en los traslados de los alimentos y que los recursos destinados al campo sean aplicados de manera correcta.

Es esencial el apoyo a los agricultores para que puedan cultivar más alimentos en forma sostenible y se tenga una adecuada calidad y abundancia de los mismos no dañe la salud del suelo, la disponibilidad de agua y la biodiversidad. Lo cual permitirá tener una adecuada mejor y mayor producción sin preocuparse por dañar a los ecosistemas, ya que del contrario se padecerían rendimientos decrecientes y se tendría un daño potencialmente irreversible de las tierras productivas, un recurso escaso y frágil.

A este respecto, Bono ha dicho que se deben juntar las firmas y las voces de todos aquellos que quieran frenar la pobreza extrema en los confines del mundo y que nosotros somos capaces de ver la grandeza de México, su generosidad y su gran espíritu. Sabemos que no hay problema político, social o económico que los pueda acabar, dijo.

CAMPO Y POBREZA

En el mundo existen más de 7 mil millones de habitantes y la cifra crece, cada día, en varios miles, donde las posibilidades de alimentar a estas personas son, cada vez, más complicadas pero, de acuerdo a estudios de la Unión Europea, los actuales campos agrícolas del planeta bastan para producir los alimentos que demanda la humanidad; sin embargo, por cuestiones de negocio el 70 por ciento de los granos que se cosechan se destinan al ganado.

Las estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas (FAO) indican que el campo genera, en promedio, 300 kilos de granos por habitante al año, suficiente para satisfacer el hambre de la población, pero el ganado es un gran consumidor. Por su parte en México se estima que de los 110 millones de habitantes, un estimado de más de 30 millones de seres humanos padece de pobreza alimentaria y casi la mitad de la población está debajo de diversas líneas de pobreza en algún grado.

QUÉ ES LA AGROECOLOGÍA

Rescatar y revalorizar el conocimiento utilizado por el campesino en el manejo de los agrosistemas, con un enfoque participativo, multidisciplinar y sistémico.

Aumentar la diversidad de cultivos y animales dentro del agrosistema, para reducir al mínimo los riesgos económicos, ambientales y biológicos.

Mejorar los recursos naturales mediante la conservación y uso óptimo del agua y el suelo.

Fomentar la organización social de los agricultores, en producción y comercialización.

Apostar por la multifuncionalidad del territorio, como complemento de la actividad agraria, basada en el turismo alternativo (agroturismo, ecoturismo, turismo gastronómico).

Contribuir al desarrollo rural tomando como base los recursos endógenos y los conocimientos campesinos, sin renunciar a los avances científicos y técnicos.

Su objetivo principal es la sostenibilidad del sistema agroalimentario (producción, distribución y consumo) desde el punto de vista ecológico, económico y social.

Fuente: efeverde.com

NUMEROS DEL HAMBRE

  • 30 millones de personas en México padecen pobreza alimentaria.
  • 80 por ciento de los niños hambrientos viven en países con excedentes alimentarios.
  • En México, el porcentaje suma 45 por ciento de la producción nacional.
  • Sufren hambre 53 millones de habitantes en América Latina y el Caribe.
  • 87 por ciento de las granjas del mundo padecerán por el Cambio Climático.
  • Al 2050 se requerirá duplicar la cantidad de alimentos cultivados.
  • La FAO estima que existen más de mil millones de personas desnutridas en el mundo.

Fuente: FAO, ONU, Sagarpa, FAO, UNESCO.

Fuente: http://www.miambiente.com.mx/?p=14040