Obtener atún rojo a partir de la cría en cautividad supondría un importante avance en la obtención de un producto de calidad controlada.
Los atunes rojos son una de las especies de pescado más demandadas en el mercado, sobre todo en países como Japón, donde la carne de estos túnidos es muy apreciada. Este gran consumo, mantenido a lo largo del tiempo, y su consecuente sobrepesca, ha provocado que las poblaciones de atunes desciendan hasta niveles alarmantes. Una vez dada la alerta, además de regular sus capturas para evitar poner en peligro la especie, se han buscado alternativas para abastecer un mercado en expansión sin aumentar sus capturas. El Instituto Español de Oceanografía (IEO) ha puesto especial empeño en desarrollar sistemas de cría de atún rojo mediante técnicas de acuicultura.
El atún rojo, atún de aleta azul o cimarrón es una especie de gran importancia económica, social e histórica en el Mediterráneo y Atlántico oeste que puede ver peligrar su población a causa de la sobrepesca. La obtención de atunes rojo mediante su cría en cautividad por técnicas de acuicultura supondría un gran avance tanto desde el punto de vista de la sostenibilidad de la pesca como de la obtención continua de un producto de calidad controlada, según los expertos.
La captura de ejemplares adultos de atún y su posterior engorde en cautividad (el llamado ‘engrase del atún rojo’) es una actividad que se realiza desde 1995 y en la que la región de Murcia es pionera en Europa. Los ejemplares se engordan durante seis meses en viveros flotantes para su posterior sacrificio. Sin embargo, este sistema, aunque asegura el suministro, no cumple con el objetivo prioritario de mantener las poblaciones de túnidos. Se trata de obtener túnidos al margen de las poblaciones naturales. Por esta razón, se intenta completar el ciclo biológico completo del atún rojo en cautividad, al igual que se realiza con otras especies piscícolas como la dorada o la lubina. Este proyecto de cría de atún rojo en cautividad es un trabajo novedoso realizado por primera vez en Europa, mientras que en Japón se realiza con éxito desde hace 40 años con los túnidos locales.
Principales retos
Los investigadores del IEO son optimistas cuando se habla de alcanzar sus objetivos de una cría integral de atún rojo en cautividad, algo que parecía imposible no hace muchos años. También son realistas en cuanto a plantear las dificultades, sobre todo la alimentación del atún en estado larvario y la alta mortalidad aún de las poblaciones larvarias y juveniles.
Uno de los principales problemas es que las larvas no se adaptan a la cautividad
La investigación, que se realiza desde hace ya una década, avanza poco a poco. Comenzó cuando una reunión de científicos especializados concluyó que era posible la cría de esta especie en cautividad, un requisito previo imprescindible para arrancar con el proyecto. Durante el trienio 2003-2006, los investigadores demostraron que era posible la reproducción de estos túnidos en cautividad. A partir de ahí arranca el trabajo en el marco del proyecto SELFDOTT (From capture based to SELF-sustained aquaculture and Domestication Of Bluefin tuna, Thunnus tynnus), en el que intervienen instituciones de diferentes países y que está financiado por la UE.
La investigación se desarrolla en las instalaciones del Centro Oceanográfico de Murcia, perteneciente al IEO, donde se alimentan las larvas en tanques situados en tierra. El principal problema radica no en la naturaleza migratoria del pez, como cabría esperar, sino en que las larvas no se adaptan a la cautividad. En este estadio, la alimentación resulta crítica y, por tanto, la mortalidad en esta fase de desarrollo es muy elevada. Tras su estadio larvario, los alevines de atún rojo, que hasta ese momento han estado en tierra, se trasladan en jaulas de engorde situadas mar adentro en el Mediterráneo, donde siguen alimentándose hasta convertirse en adultos.
Pese a todo, los resultados son positivos: mientras que en 2009 la supervivencia fue de 73 días con un peso de 30 gramos, este año los alevines han alcanzado los 90 días de vida. Este mismo grupo de investigadores ha logrado con éxito completar en cautividad el ciclo biológico de otro túnido, el ‘Sarda sarda’ o bonito del sur, un logro que supone un gran avance, por sus similitudes, para conseguir la domesticación del atún rojo.
Una actividad con historia
Aunque ésta parezca una actividad novedosa, lo cierto es que, como ocurre con ciertos animales terrestres y la ganadería, el ser humano ha desarrollado desde tiempos remotos técnicas que le permitían disponer de alimentos marinos en todo momento, sin tener que someterse a las condiciones variables de la naturaleza. Así, se sabe que durante la época romana ya se practicaba la acuicultura en Andalucía. Esta es la conclusión a la que ha llegado hace poco un grupo multidisciplinar de investigadores de la Universidad de Cádiz tras encontrar y documentar un antiguo vivero de ostras en Algeciras que data del siglo V d. de C. También se han estudiado conjuntos de atunes en factorías de salazón, tanto romanas como púnicas, que vendrían a documentar su captura durante esta época mediante la técnica tradicional de la almadraba.
Fuente: http://www.consumer.es/seguridad-alimentaria/ciencia-y-tecnologia/2010/09/30/196189.php