La mayor epidemia de gripe aviar desatada en Estados Unidos está causando estragos en granjas avícolas de todo el país desde finales de 2014. En los últimos meses se han sacrificado más de 33 millones de animales en 16 estados, afectando sobre todo a la producción de huevos. Las consecuencias de esta crisis, que sigue en aumento declarándose nuevos casos cada día, ya se dejan notar en los precios y afectan a otros sectores.
A pesar de que la cepa de gripe que afecta las aves no tiene apenas riesgos para los seres humanos, su efecto devastador ha llevado a la declaración del estado de emergencia en lugares como Nebraska o Iowa, donde las granjas avícolas tienen un papel fundamental en la economía. El virus se está propagando con enorme rapidez, obligando a sacrificar a millones de animales, afectando a la distribución de huevos en todo el país.
Desde el pasado mes de diciembre se están declarando casos de esta gripe que afecta ya a 15 estados diferentes. El origen de la enfermedad probablemente esté en las aves migratorias que la habrían traído desde Asia, aunque no está muy claro por qué se está expandiendo con tanta velocidad. Hay quien señala a la propia naturaleza de las granjas, en las que viven hacinados miles de animales, como motivo de la rapidez de los contagios.
En cualquier caso, el modo de actuación ante la presencia de la gripe implica el sacrificio de los animales infectados y el tratamiendo adecuado de las instalaciones. Como medida preventiva se sacrifican todas las aves de una misma granja, aunque se trate de animales en principio sanos. La producción de carne de ave y huevos se ve paralizada durante meses en las granjas afectadas, antes de que puedan volver a estar listas para reanudar su actividad normal tras la descontaminación.
Aunque las autoridades han querido tranquilizar a la población en cuanto al abastecimiento de huevos, lo cierto es que el mercado ya está sufriendo las consecuencias de la epidemia. Por ejemplo, en Iowa, uno de los principales estados productores de huevos, se han eliminado 25 millones de gallinas, de las cuales el 90% estaban destinadas a la producción de huevos para la industria de la alimentación.
El precio de los huevos enteros y de los huevos líquidos pasteurizados para hostelería ya ha empezado a incrementarse. Y está preocupando a diversos sectores que podrían verse afectados por la subida de precios de los huevos, como las grandes compañías que elaboran dulces industriales, o los productores de helados, que miran con preocupación a la inminente campaña de verano.
¿Habría que revisar el funcionamiento de las granjas de aves, donde se llevan a los animales al límite para potenciar los beneficios? Está claro que, una vez controlada la situación y frenada la epidemia, las autoridades en Estados Unidos tendrán que plantearse si la crisis podría haberse evitado con otros modelos de producción. Esperemos que la situación no alcance cotas realmente críticas, aunque habrá que revisar las consecuencias económicas a medio y largo plazo.
Fuente: Directo al Paladar