En una granja porcina, a diario se producen muchos desechos sólidos y líquidos que se pueden utilizar de distintas maneras, desde alimentar el suelo hasta generar calor.
Todo criador de cerdos conoce que sus animales generan muchos desechos orgánicos. Por ejemplo, un reproductor de 200 kilos produce 5 kilos de estiércol diariamente, mientras que una hembra lactante de 190 kilos genera 14 kilos de estiércol todos los días.
Sin duda, son números que se deben considerar seriamente para elaborar un plan que funcione el momento de recoger estos desechos.
Para elaborar un plan de limpieza hay que tomar en cuenta la producción y el tipo de suelo utilizado, por ejemplo, si hay pisos sólidos, estos deben ser lavados cada 8 días, pero deben ser limpiados con pala a diario.
Para pisos elevados, la posa debe ser evacuada cada 15 días y cada 3 días hay que agregar bacterias benéficas que ayudan a la descomposición de las excretas en el agua.
Si existe una cama profunda (Deep bedding), cada cierre de ciclo se debe retirar la materia más húmeda para utilizarla en el compostaje. Además, hay que fumigar con microorganismos eficientes y desinfectar la cama. Se puede utilizar una pequeña parte del reciclaje para el siguiente ciclo.
La mejor opción que tienen los productores en el momento de diseñar sus granjas porcinas es la colocación de slats, que forman un piso ranurado que permite la caída de sólidos y líquidos en la fosa destinada para este efecto, evita la humedad y evita las acumulaciones de sólidos en el espacio de los animales.
El manejo de desechos en granjas porcinas se lo debe realizar a conciencia, ya que la porcinaza es rica en materia orgánica y elementos químicos como nitrógeno y fósforo. Su mala disposición genera altos impactos al medio ambiente, afecta a otros seres vivos y provoca conflictos con la comunidad.
Normalmente, son tres las malas prácticas que se realizan con la porcinaza:
Estas malas prácticas traen consigo un daño ambiental porque se reduce la calidad del agua, se contamina el aire con fuertes olores y se produce un desbalance de nutrientes en el suelo, que es perjudicial para las plantas. Además, se desperdician nutrientes y materia orgánica que se puede usar para actividades agrícolas.
Es evidente que para el correcto uso de los desechos se debe tratar las heces, para esto existen dos metodologías:
- Tratamiento químico, en el que se emplean bacterias, solventes o enzimas para extraer la proteína presente en los residuos procesados.
- Tratamiento biológico, en el que se utilizan distintas técnicas como: lagunas de almacenaje y fermentación, ensilaje, compost, lombricultura y biogás.