Difícil posición para el gobierno mexicano en las negociaciones del TLCAN

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Los representantes mexicanos deben rectificar errores y establecer un sistema equilibrado entre la apertura comercial y el fortalecimiento del mercado nacional. En la cuarta ronda de negociaciones, los representantes del gobierno mexicano están arrinconados, carecen de poder de negociación y la esperanza que la columna vertebral del Tratado de Libre Comercio (TLC) se mantenga sin cambios.

El resultado será aceptar la propuesta esencial de los negociadores estadounidenses. Es decir, sólo trabajan con un plan A y el plan AA.

Alfonso Ramírez Cuéllar, María del Rosario Castro Iniesta y Alejandro Castillo Morales señalaron que el plan A sería un TLC sin modificaciones y el plan AA tendría como base la aceptación de la reducción del déficit, el incremento del componente estadounidense en automotriz, la exportación de productos agrícolas mediante cuotas y mayor rigidez en la vigilancia de dumping y subsidios, indica Aristegui Noticias.

Los representantes del gobierno mexicano deben rectificar errores y establecer un sistema más equilibrado entre la apertura comercial y el fortalecimiento del mercado nacional y poner en marcha un nuevo programa de desarrollo que ponga al centro la reconstrucción de las instituciones y las políticas económicas que fortalezcan el mercado nacional, indicaron.

Y agregaron: la debilidad de los negociadores es extrema y el presidente Trump lo sabe. Nuestro país desmanteló buena parte de sus fortalezas económicas nacionales quedando como una economía que la apostó todo a las exportaciones, castigó el empleo y mantuvo los salarios en niveles miserables.

Se pensó que el esquema del TLC sería para siempre y los daños de una salida en las actuales condiciones y sin mediar un cambio en la política interna serán desastrosos para la economía y la población nacional.

En lo que se refiere a la agroindustria México tiene ventaja geográfica frente a Canadá y Estados Unidos y esa es la razón por la cual operan en México empresas extranjeras productoras de cultivos de alto valor económico. A esa ventaja se agregan los bajos salarios del personal operativo, de producción y jornaleros que pagan en México.

Hay una gran complementariedad entre los tres países, porque Estados Unidos y Canadá producen hortalizas y frutas estacionalmente y el resto del año debe cubrir sus necesidades de consumo mediante las importaciones provenientes de nuestro país.

Según el Banco de México, en 2016 la agricultura y la agroindustria aportaron un superávit de 3 mil 175 millones de dólares, gracias a que se exportaron 28 mil 971 millones de dólares y se importaron 25 mil 796 millones de dólares. El problema está en que México importa alimentos e insumos básicos y exporta productos no indispensables y además, perecederos.

La salida del TLC sin establecer las señales del programa de fortalecimiento del mercado nacional sólo va a provocar una mayor devaluación. Seremos víctimas de una oleada especulativa y de una mayor caída de la producción y del crecimiento económico para los próximos años.

Los empleos que se perderían pueden llegar, según algunos analistas, a poco menos de un millón de puestos de trabajo. El encarecimiento de productos, principalmente de alimentos golpeará los niveles de alimentación y de nutrición. Se pondrá más difícil acceder a la canasta básica para cientos de miles de familias mexicanas.

A pesar de tanto acuerdo comercial nuestro país no ha logrado diversificar mercados. La alta dependencia de las importaciones estadounidenses y el posible establecimiento de aranceles, incluso aquellos que determina la Organización Mundial del Comercio (OMC) como Nación Más Favorecida (NMF), traerá como resultado un costo mayor para los consumidores mexicanos.

Sin una mejora en las políticas públicas nacionales y una correcta distribución del presupuesto nacional para fortalecer la producción nacional de semillas, fertilizantes, agroquímicos y alimentos balanceados, granos básicos y forrajeros, que son los principales insumos para la producción agrícola de carne, huevo y leche.

Sin lo anterior la economía de más de la mitad de la población mexicana continuará estancada y se observará una mayor dependencia de alimentos para satisfacer las necesidades de nuestro país, finalizaron.

Fuente: AgroMeat