La región del Bajío mexicano es una zona importante para los sectores agrícola y pecuario del país, lo anterior ha propiciado el crecimiento de la agroindustria, actividad fundamental para el desarrollo del sector primario. Algunas de estas agroindustrias generan subproductos y desechos, a los que se les ha denominado ingredientes no tradicionales, que pudieran utilizarse en la alimentación animal, en específico para la cerda reproductora.
La región del Bajío mexicano es una zona importante para los sectores agrícola y pecuario del país, lo anterior ha propiciado el crecimiento de la agroindustria, actividad fundamental para el desarrollo del sector primario. Algunas de estas agroindustrias generan subproductos y desechos, a los que se les ha denominado ingredientes no tradicionales, que pudieran utilizarse en la alimentación animal, en específico para la cerda reproductora.
En este contexto, la porcina constituye una actividad de suma importancia para el Bajío. En 2004, la producción de carne de cerdo en canal, en Guanajuato, Jalisco, Michoacán y Querétaro, equivalió a 35% de la producción nacional.1
En México la gran mayoría de las dietas para cerdos se formulan con base en la combinación de sorgo o maíz con pasta de soya. Schoijet,2 en 2005, informó que en México se destinó 45% del grano disponible a la alimentación de animales. Este dato constituye un indicativo de la competencia entre el humano y los animales por los granos básicos, como el maíz. Como consecuencia de las presiones para satisfacer las necesidades nutrimentales de los humanos, así como el alto precio de la pasta de soya (ingrediente ampliamente utilizado en la nutrición animal y humana), los porcicultores se ven obligados a buscar ingredientes alternativos para la alimentación de los cerdos.3
Aunque la inclusión de ingredientes no tradicionales en la formulación de alimentos balanceados para cerdos no constituye una práctica común en México, la búsqueda de modelos productivos sustentables de carne de cerdo al igual que la tendencia a disminuir la competencia entre el humano y los animales ha aumentado el interés por identificar y caracterizar nuevas fuentes de alimento generadas localmente4%u20137 como opciones para la alimentación de los cerdos en algunos países donde la autosuficiencia alimentaria no se ha alcanzado.
En general, los ingredientes no tradicionales se caracterizan por su alto contenido de fibra, lo cual representa una principal limitante para su uso como alimento en cerdos, debido a que la inclusión elevada de fibra ocasiona una dilución de nutrimentos en la ración, además de limitar la cantidad de alimento que el animal puede ingerir, así como la digestibilidad de varios nutrimentos.8 Sin embargo, por lo que se sabe hasta el momento, el tracto digestivo posterior del cerdo es capaz de proporcionar el medio adecuado para la fermentación de la fibra, a través de la microbiota del ciego y colon, especialmente en cerdas adultas.9 Lo anterior indica la posibilidad de uso de ingredientes no tradicionales en la alimentación de la cerda, siempre y cuando se genere la información bromatológica y nutrimental necesaria para hacer uso adecuado de estos ingredientes, que no afecte el potencial productivo de los cerdos. Cabe mencionar que la información disponible de estos ingredientes no tradicionales es limitada, sobre todo si se analiza su disponibilidad e impacto sobre la digestibilidad.
Existe una diferencia significativa en la habilidad para fermentar fibra entre cerdos de diferente edad, ya que la digestibilidad de dietas altas en fibra se incrementa con el peso y edad del animal, debido probablemente a un mayor tamaño del ciego y colon, y como consecuencia, mayor tiempo de retención de la digesta en estos segmentos.10 La cerda gestante ha demostrado mayor capacidad para digerir dietas ricas en fibra, en comparación con cerdos en crecimiento.11 Aunado a ello, la demanda nutrimental y energética de las cerdas gestantes son las más bajas, si se les compara con las de cerdos en crecimiento y la de cerda en lactancia,12 razón por la cual están limitadas a un consumo aproximado de 2.5 kg al día de una dieta concentrada,13 que equivale a 50%%u201360% de su consumo voluntario, con la finalidad de evitar ganancias de peso y de grasa corporal excesivas, cubriéndose únicamente los requerimientos de mantenimiento y para la ganancia de los tejidos de la gestación14 (productos, membranas embrionarias y sus fluidos). La restricción en el consumo de las cerdas gestantes contribuye a la presentación de estereotipos.15
La inclusión de ingredientes fibrosos en la dieta de animales diluirá la concentración energética de dicha dieta pero no afectará el consumo diario óptimo de energía, pues ofrecerá mayor volumen de alimento a estos animales, esto último siempre y cuando se tome en cuenta el posible efecto de la fibra sobre la digestibilidad de la dieta.16 Se ha observado que la inclusión de ingredientes fibrosos reduce la presentación de estereotipos y contribuye al bienestar del animal.17,18
Como primer paso para utilizar estos ingredientes no tradicionales, es necesario conocer su oferta y posible demanda para determinar su disponibilidad real. El objetivo de este estudio fue identificar algunos subproductos y desechos agroindustriales en cuatro estados del Bajío mexicano, que por el nivel de producción y disponibilidad de aquéllos, pudieran ser incorporados a la alimentación de las cerdas gestantes.
Material y métodos
El trabajo se circunscribió a Guanajuato, Jalisco, Michoacán y Querétaro, en la región del Bajío mexicano.
Para cumplir con el objetivo planteado, se integró un directorio con las agroindustrias ubicadas en la zona del Bajío, en aquél se registró nombre, dirección, teléfono, correo electrónico y actividad desarrollada de cada una de ellas. Dicha información se recopiló de catálogos industriales comerciales publicados en Internet, páginas web del gobierno de cada estado y a través del contacto directo con empresas líderes. Todas las empresas que integraron el directorio generan subproductos o desechos a partir del procesamiento de insumos de origen agrícola.
Se diseñó y aplicó una encuesta. El tamaño de la muestra se calculó al aplicar la ecuación de muestreo de propiedades de varianza máxima (p = 0.5; q = 0.5; P = 0.1 y Z1%u2013a = 0.98) para tamaño de poblaciones conocidas.19
donde:
n = tamaño de la muestra
N = población total
p = respuesta de una variable binominal
q = respuesta 2 de una variable binominal
ß = precisión en porcentaje
Z1%u2013a = valor de confiabilidad
La información capturada en la encuesta consistió en características generales, insumos utilizados, volumen y tipo de productos y subproductos generados, demanda de éstos, características del proceso productivo y el índice de extracción, definido como la proporción de subproducto o desecho que se genera por unidad de materia prima procesada. Cada subproducto o desecho identificado fue muestreado para análisis posteriores.
Las empresas identificadas se clasificaron por actividad en cuatro grupos: a) Industria productora de bebidas alcohólicas; b) industria procesadora de granos y semillas; c) industria procesadora de vegetales para el consumo humano, y d) industria procesadora de oleaginosas. A su vez, las empresas de cada grupo fueron subdivididas con base en el insumo utilizado y en las características del subproducto o desecho generado, lo anterior con la finalidad de obtener un tamaño de muestra representativa de cada uno de ellos.
La información fue capturada en Excel y se analizó utilizando el paquete Statistics Program for Social Science Versión 11.5, se calcularon promedios, frecuencias, además se realizó un análisis de regresión.
La disponibilidad real de cada subproducto o desecho se calculó al restar el promedio de la demanda anual al promedio de la producción anual de cada subproducto o desecho identificado.
La disponibilidad futura se calculó con base en la estimación de la producción promedio anual del insumo utilizado, con ese propósito se diseñó un modelo de regresión univariante, en la que la variable independiente fue el año y la variable dependiente fue la producción anual del producto agrícola utilizado. La base de datos se formó con la producción anual de los últimos 26 años (1980%u20132005). Se hizo una predicción de la producción a diez años (2010%u20132019). A partir de los datos obtenidos, se calculó la disponibilidad futura al multiplicar la producción anual estimada por el índice de extracción, menos la demanda actual.
Fuente: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0301-50922009000400002&script=sci_arttext