Efectos del estrés por calor

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Las altas temperaturas ambientales y en específico en las casetas, naves o galpones en donde se alojan los animales de operaciones comerciales intensivas para producir carne leche y huevo, afectan la productividad y el bienestar de los animales. ¿A cuál debemos buscarle solución primero: a la productividad para obtener más alimentos o al bienestar de los animales?

Efectos del estrés por calor (estrés térmico o estrés calórico) en aves, cerdos y bovinos

Fuente: Revista Ganadera

El término “estrés calórico” se ha empleado para indicar un estado en el que un animal está respondiendo a situaciones de temperatura anormalmente elevadas. Puede definirse como el punto en el que un animal no es capaz de disipar una cantidad suficiente de calor que le permita mantener el equilibrio térmico corporal.

Un animal puede intercambiar calor en el ambiente en el que se encuentra mediante evaporación, conducción, convección y radiación. La evaporación ocurre solo en una dirección (pérdida de calor) mientras que los restantes mecanismos pueden ser positivos o negativos (ganancia o pérdida de calor).

La capacidad de evaporación está muy relacionada con el nivel de humedad en el aire circundante (lo que supone una de las razones por las que la temperatura y la humedad se suelen valorar conjuntamente para medir el confort térmico de una granja).

Los animales pueden evaporar el agua a través de la piel (sudoración) y a través del tracto respiratorio (jadeo). 

Efectos del estrés térmico en los rendimientos productivos del porcino

FuentePorciNews

¿Qué es el estrés térmico? El estrés térmico es una consecuencia de la temperatura y la humedad; en cerdos es conocido habitualmente como el índice IHT (humedad/ temperatura) o índice de estrés térmico.

En la actualidad, el estrés térmico cuesta a los productores de porcino de EE.UU. más de 900 millones de dólares al año debido a pérdidas en la reproducción y acabado, según informa el Dr. Lance Baumgard, profesor asociado del Departamento de ciencia animal de la Universidad Estatal de Iowa.

Las pérdidas atribuidas al estrés térmico durante el ciclo reproductivo se ven reflejadas, entre otras cosas, en la prolongación del intervalo destete-celo, así como en la disminución del número de cerdos nacidos vivos y de los pesos de los lechones al nacimiento y destete.

En cuanto a la producción, se producen pérdidas relacionadas con una disminución de la ganancia media diaria y rendimientos de canal con pesos poco rentables a nivel de comercialización. Además se observa una disminución de la calidad de la canal debido a un aumento del acúmulo graso, incluso a nivel intermuscular; así como pérdidas importantes en el acabado de cerdos.

El estrés calórico es un tema que preocupa mucho a los avicultores por las pérdidas económicas que puede conllevar

FuenteNutriNews

Las aves son una especie muy susceptible al estrés calórico. Balance Térmico en las aves.

Las aves son homeotermos, lo que quiere decir que deben mantener la temperatura corporal constante. Para compensar las oscilaciones de temperatura y mantener el equilibrio térmico, las aves disponen de una serie de mecanismos de adaptación, mediante modificaciones de su comportamiento y fisiología.

En el caso de los pollos, cuando ya están totalmente emplumados (sobre las cinco semanas de vida) es cuando son más sensibles al estrés térmico por calor. Como aproximación, se considera que se dan condiciones ambientales de estrés por calor, cuando a partir de 27ºC, la suma de la humedad relativa y la temperatura sea mayor de 105. Las aves totalmente emplumadas son las más sensibles al estrés por calor.

Reducción de la ingesta. Cuando se combinan humedades relativas elevadas con altas temperaturas, las aves pierden capacidad de disipar calor. En situaciones de estrés térmico los pollos y las gallinas, al igual que las personas, reducen la ingesta para evitar el calor metabólico. Esta reducción no es lineal pero el problema se agudiza a medida que aumentan las temperaturas.

Las aves reducen la ingesta para evitar el calor metabólico. Por cada grado por encima de 32-38ºC, el ave reduce su ingesta un 5%. En estas situaciones, los parámetros productivos se ven reducidos y para evitarlo se deben tomar acciones a nivel de la granja que palien estos efectos. 

Efecto del estrés calórico sobre la fisiología y calidad del huevo en gallinas ponedoras

Fuente: REDVET. Revista Electrónica de Veterinaria.

La mayor parte de la producción de huevos a nivel mundial, ocupa zonas geográficas pertenecientes a países tropicales y subtropicales, caracterizados por climas de alta temperatura y humedad relativa durante la mayor parte del año. El estrés por calor, influye sobre el comportamiento productivo y reproductivo de las gallinas ponedoras, disminuyendo la producción y calidad del huevo, así como la ingesta voluntaria de alimento, ocasionando la alteración de las hormonas responsables de la ovulación, reduciendo la capacidad de respuesta de las células de la granulosa a la hormona luteinizante. Por tal motivo, resulta de gran interés agrícola el conocimiento y valoración del efecto del clima sobre la producción y calidad del huevo en gallinas ponedoras. La presente revisión, ofrece una descripción amplia sobre el impacto del estrés calórico sobre la producción y calidad del huevo en ponedoras comerciales.

Efectos del estrés térmico sobre la calidad de la carne en los pollos de engorde

Fuente: Portal Veterinaria, Albeitar

El estrés calórico en broilers parece ser un problema mundial. La gran evolución genética de la tasa de crecimiento en los pollos de engorde genera ejemplares más susceptibles a los problemas de estrés calórico en zonas con altas temperaturas ambientales.

En el mundo, la carne de pollo es una de las fuentes de proteína más importantes, con un crecimiento sostenido en los últimos años. Desouzart (2012) indica que el consumo mundial de carne de pollo pasó de 11,8 kg/persona en 2007 a 12,86 en 2013. La creciente producción de pollos podría ser aún más importante si algunos de los problemas para la producción pudieran mejorarse. Entre los problemas más importantes está la gran evolución genética de la tasa de crecimiento en los pollos de engorde, que se acompaña con una mejor conversión de alimento pero que genera pollos más susceptibles (Havenstein et al., 1994 y Havenstein et al., 2003 a,b). Esta situación favorece los problemas de estrés calórico en zonas donde prevalecen las altas temperaturas ambientales.

Conclusiones:

  1. La creciente producción de pollos podría ser aún mayor si los criterios de selección genética incluyeran algunos aspectos de resistencia al calor.
  2. Hay mayor número de lesiones en pollos que mueren ante un estrés de calor agudo que en los que sobreviven, y en los machos más que en las hembras.
  3. Podríamos decir que el estado de salud del pollo previo al estrés puede desempeñar un papel importante en la resistencia a la muerte por calor, y que es más susceptible un pollo que consume alimento con alto contenido de aflatoxinas.
  4. En general podemos afirmar que hay efectos de la temperatura ambiente sobre el depósito de grasa proteína y rendimiento en canal, pero según las temperaturas de exposición y otras condiciones de los pollos estos efectos pudieran ser poco significativos.

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