Implicaciones de la contaminación por micotoxinas en la producción animal

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En producción animal los episodios de micotoxicosis aguda que lleven a la muerte del animal no son comunes en sistemas de producción especializada. Sin embargo, escenarios de retos agudos y crónicos que afectan de forma subclínica al animal dejan como resultado importantes pérdidas económicas.

Las materias primas comúnmente usadas en Nutrición animal pueden ser objeto de  contaminación fúngica  y/o por micotoxinas, las cuales pueden darse en diferentes puntos de la cadena productiva: desde el cultivo, almacenamiento o en la  planta de alimentos. 

Los hongos son considerados ubiquos en la naturaleza, siendo este el punto de partida para una posible contaminación por micotoxinas. Sin embargo, es importante recordar que la contaminación fúngica de materias primas afecta directamente su contenido nutricional afectando el equilibrio nutricional y el desempeño productivo.

Tanto el crecimiento fúngico como la contaminación por micotoxinas, va a depender de múltiples factores que propician los dos escenarios, siendo la humedad y la temperatura uno de los principales detonantes del crecimiento fúngico. La producción de micotoxinas  requiere de agentes de estrés para el hongo (temperatura, humedad, plagas, otros hongos,etc), el cual producirá los metabolitos secundarios. 

Existen contaminaciones fúngicas pre-cosecha las cuales se dan principalmente por hongos del genero fusarium,   que requieren alta humedad. Por el contrario, condiciones de sequía y menor actividad de agua están relacionadas con crecimiento pre y post-cosecha de hongos del genero aspergillus. Algunos hongos de importancia y sus principales toxinas son presentados en tabla 1. 

Existe un gran número de micotoxinas que han sido clasificadas de importancia en la producción animal. Con avances en el diagnóstico, se han logrado identificar compuestos conjugados o llamados micotoxinas ocultas o enmascaradas, las cuales se establecen de procesos metabólicos de la planta o por reacciones con azucares en el proceso de fabricación del alimento. Estos compuestos conjugados no son detectables fácilmente por métodos convencionales, pero si pueden constituir un 20% de la carga micotoxicologica. Estos compuestos tienden a ser hidrolizados una vez ingeridos, constituyéndose en parte fundamental del riesgo, por ejemplo Zearalenona 4 -glucosido, Deoxinivalenol 3- glucosido. (Berthiller,2009)

El grado de toxicidad depende de factores asociados a las micotoxinas como el tipo, la concentración, el tiempo de exposición y otros factores asociados al animal como: especie, edad, estado sanitario y nutricional, en donde las combinaciones de algunos de ellos pueden generar expresiones mixtas o múltiples en el animal. Se han descrito diferentes efectos negativos carcinogénicos, teratogénicos, embriotóxicos, sobre la integridad  del TGI que se pueden evidenciar a continuación en la Tabla 3.

Inmunosupresores, reducción del desempeño productivo. Ver tabla 2.

En producción animal los episodios de micotoxicosis aguda que lleven a la muerte del animal no son  comunes en sistemas de producción especializada. Sin embargo, escenarios de retos agudos y crónicos que afectan de forma subclínica al animal dejan como resultado importantes pérdidas económicas. 

La reducción de consumo y  el rechazo de alimento son efectos detrimentales en la producción; lesiones inflamatorias en la mucosa y mediante mecanismos neuroquímicos han sido documentados para Tricoticenos. Uno de los efectos más lesivos sobre la producción, es la reducción en la utilización de nutrientes, la cual se puede ocasionar por múltiples factores, entre ellos una reducción de la digestión por afectación en la producción enzimática y absorción de algunas moléculas como ocurre con la fracción lipídica, incremento en  pérdidas endógenas y  alteración en la integridad de la barrera celular. Adicionalmente, en la mayoría de los casos se presenta efectos concomitantes.

Dependiendo del tipo de toxina y la especie, la reproducción se vuelve foco de la problemática siendo más impactante en cerdas en gestación  por efectos de la zearalenona simulando al 17 beta estradiol. La incubabilidad también se puede afectar por efectos de las toxinas en el embrión lo cual ha sido documentado para aflatoxinas. 

A su vez, la inmunosupresión es una expresión silente de las micotoxinas. Aunque existen reportes de efectos inmunoestimulantes en dosis bajas para algunas toxinas, la inmunosupresión es la expresión clásica de la micotoxicosis bien sea por una o varias micotoxinas afectando la respuesta humoral y celular. Desde la salud pública, las micotoxicosis toman relevancia en el caso de la Aflatoxina M1 en leche, ampliamente documentada y la ocratoxina A en tejido muscular. 

Una vez dimensionado el impacto de una micotoxicosis para la producción animal, surgen los cuestionamientos y estrategia para reducir el riesgo. Aunque en métodos analíticos y diagnóstico se han logrado importantes avances mediante (HPLC, TLC,  ELISA,  HPLC-FL y HPLC acoplado a espectometría de masas) el gran reto diagnostico parte del muestreo.

Partiendo de la gran estabilidad de las micotoxinas, reducir concentraciones ya creadas en la materia prima o alimento por del hongo es prácticamente imposible. Estrategias de dilución con materias primas menos contaminadas es usado en algunos casos, al igual que el uso de algunos baches en ciertas etapas de la producción donde hay mayor tolerancia. Esto no significa que los efectos subclínicos y pérdidas de producción no se presenten en algunos animales. 

El uso de aditivos para reducir el daño por micotoxinas, involucra diferentes compuestos que han demostrado tener capacidad para adherirse a ciertas micotoxinas (Aflatoxinas, ocratoxinas) formando complejos estables y reduciendo la biodisponibilidad. La selección de estos aluminosilicatos juega un papel importante en su efectividad y capacidad sin afectar la función intestinal.  Por otra parte, ampliar el rango de acción para micotoxinas, es uno de los retos que tiene la industria de aditivos, para ello se combinan algunos aluminosilicatos, se incluye levaduras y paredes de levadura que van a modular flora bacteriana capaz de modificar las micotoxinas (Heinl,2010).

In vitro la capacidad de estos compuestos es analizada y demostrada, pero el gran reto se da in vivo donde diferentes variables entran en juego dejando cierta exposición al organismo y sus células. De ahí surge la necesidad de dar soporte a órganos blanco como el hígado y riñones, entre otros, reduciendo el daño oxidativo. Extractos vegetales son usados hoy en día con buenos resultados, mejorando la respuesta y desempeño productivo animal. 

Para concluir, los retos micotoxicológicos se enmarcan en una gran complejidad de factores que obligan a una visión holística y un manejo que involucre diferentes herramientas que minimicen el reto. Esto no significa que se logre una reducción total.  Los impactos en la producción animal, están inmersos en la pérdida de desempeño, la cual se manifiesta de forma subclínica. Finalmente, conocer el riesgo y aproximarse de forma estratégica en las diferentes etapas y especies permitirá reducir los efectos y optimizar la producción. 

Fuente: Actualidad Avipecuaria