Una nueva tecnología permite establecer una completa cadena de datos desde el lugar de origen del producto hasta nuestro plato. ¿Cómo funciona? Se ha convertido en una nueva y horrible norma.
Nuestra vida marina está siendo asfixiada por un campo de minas de plástico en nuestros océanos, y las imágenes muestran la cruda realidad. Un pez arcoíris con un caleidoscopio de trozos de plástico en su hígado. Un pez mahi-mahi con tapones de plástico en el estómago. O los mejillones y las almejas, considerados los filtros del mar, que albergan microplásticos invisibles a simple vista.
Nuestra primera reacción a esta noticia es a menudo de disgusto. Pero este reflejo rápidamente da paso a un pensamiento más aleccionador: el impacto a largo plazo de las ocho millones de toneladas métricas de contaminación plástica que entran a nuestro océano cada año.
No solo prueba nuestras malas acciones ecológicas, sino también amenaza con envenenarnos en algo en donde realmente somos vulnerables: nuestra comida. El panorama de tal futuro impacta en cómo compramos alimentos. El año pasado, una encuesta entre compradores europeos realizada por la firma de investigación McKinsey & Company confirmó una tendencia de hace tiempo: la calidad de los alimentos sigue siendo más importante que el precio.
En otras palabras, los compradores se preocupan mucho por consumir alimentos seguros y lo demuestran con sus billeteras. El problema es que nuestra moderna red industrial de alimentos nos separa de cualquier conocimiento del origen de nuestra comida. En un extraño giro del destino, nos hemos convertido en un mundo sobresaturado por la información.
Los compradores pronto podrán seguir el “historial” de un pescado: la foto del producto original, el lugar de captura, el peso inicial, el tipo de especie, los detalles del barco y la tripulación pesquera, los detalles del agua de captura y más.
Los alimentos que se venden en este sistema estarán más detallados que la mayoría de los productos en línea que compramos.
Los primeros productos pesqueros producidos y rastreados de manera transparente, desde el océano hasta el punto de venta, llegarán a los supermercados de Nueva Zelanda y la Unión Europea este año, dice Alfred Cook, gerente de programas de la World Wildlife Foundation (WWF), que trabaja en el proyecto. https://www.agromeat.com/269230/la-tecnologia-que-permite-asegurarnos-de-que-el-pescado-que-comemos-es-seguro