Latinoamérica en alerta por el brote de influenza aviar

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Nos preguntamos cuáles han sido las circunstancias que han conducido a esta situación y qué medidas han de tomarse para que no ocurra de nuevo.

El reciente brote detectado en Chile ha puesto en alerta a todo el sector avícola latinoamericano, habiéndose paralizado las importaciones de productos chilenos a los países vecinos.

Ante esta situación, hemos de preguntarnos, ¿qué ha fallado? ¿Las medidas de bioseguridad aplicadas hasta el momento han sido eficaces y suficientes para frenar la entrada de la influenza aviar?

Ya en 2014-15 se produjo en EE.UU. un brote de gripe aviar que tuvo consecuencias devastadoras para el sector de la avicultura intensiva del país, siendo necesario activar una serie de medidas de contención y erradicación del virus.

El programa de respuesta consistió en la detección y cuarentena de aves sospechosas; la evaluación, despoblación y compensación de las explotaciones afectadas; la gestión de los cadáveres, el vacío sanitario y comprobación de la eliminación del virus; y finalmente, la repoblación con la aplicación de medidas biosanitarias estrictas.

Estas medidas serán útiles para restaurar la industria avícola después de un brote, no obstante, es evidente la necesidad de asumir medidas que sean realmente efectivas para prevenir la entrada del virus al país, en vez de tener que aplicar medidas para subsanar el problema.

Teniendo en cuenta que se ha comprobado que las aves migratorias son la fuente de contagio del virus, es crucial ejercer un control exhaustivo de las mismas.

Las enormes pérdidas económicas sufridas en EE.UU. deberían haber puesto sobre aviso a los países latinoamericanos, debido a su cercanía al foco. Sin embargo, queda patente que no se han aplicado unas medidas suficientes ni eficaces para frenar su entrada. Este hecho puede atribuirse a que la distancia a la son capaces de desplazarse las aves migratorias se ha infravalorado, habiendo tenido estos países una falsa sensación de seguridad a este respecto, por las características orográficas del continente.

Las consecuencias de esta falta de previsión aún está por ver, ya que por el momento solo se ha detectado el virus en pavos, y se ha confirmado que se trata de una cepa de baja patogenicidad. A favor, hemos de valorar que se están tomando medidas de contención para evitar su expansión.

Debemos tomar este brote como una señal de aviso de que, a pesar de que se aplican medidas de bioseguridad a nivel fronterizo, limitando la entrada de productos y personas que podrían ser fuente de infección, es necesario realizar un control más exhaustivo de las aves silvestres que constituyen el autentico reservorio del virus.

Fuente: AviNews