Hace unos días, en una entrevista con el analista Ken Shwedel sobre el hecho de que México no ha diversificado sus importaciones de cereales, me dijo que hay buenas relaciones con los principales líderes de ag en Estados Unidos, pero no entre Bases Shwedel se preguntó si el agricultor en Iowa o Nebraska, la cosecha de maíz o soja y la venta a un ascensor, sabe dónde van los granos.
No lo creo. Tal vez, los agricultores no se imaginan que es muy probable que un pollo mexicano coma el grano que cosechan en sus campos. Al mirar esto desde el otro lado, el que mezcla piensos en una fábrica de piensos en México, o que se encarga de los pollos en una granja, tampoco tiene idea de cuán lejos se había cultivado ese grano. Los dos extremos no se conocen. No son conscientes de la importancia de ambos.
A fines de los años 80 y principios de los noventa trabajé para la Asociación Americana de Soja para México, Centroamérica y el Caribe. En esos primeros años, tal vez no me di cuenta de la importancia de nuestros esfuerzos de marketing. Una de las muchas actividades que llevamos a cabo fue llevar a los productores de piensos, avicultores y porcinos de la región a conocer granjas, elevadores o plantas de producción en los Estados Unidos. En esas ocasiones tuvo lugar el encuentro entre los dos extremos y estoy seguro de que ayudó a entender las relaciones comerciales.
Si hay buenas relaciones en el nivel superior, tal vez no sería una mala idea para los productores avícolas o productores de piensos organizar una o más delegaciones para recorrer el Medio Oeste – el Heartland – para ver y ser visto. Las relaciones podrían ser beneficiosas en estos tiempos de renegociaciones de acuerdos de libre comercio. ¿Qué piensas?
Fuente: WATTAgNet