Los veterinarios son profesionales sanitarios con las competencias necesarias para diseñar las estrategias para afrontar los desafíos de la producción de proteínas animales de alto valor biológico.
El sector productor “ha sabido responder en el último siglo al reto de abastecer de proteína animal a una población mundial cuyo crecimiento ha sido exponencial, y lo ha hecho aplicando ciencia y tecnología para aumentar la producción, a la vez que atendiendo otras demandas sociales, como la sanidad animal, la seguridad alimentaria o el bienestar animal. Y en todo este proceso los veterinarios hemos sido pieza clave”.
Así lo señaló en Córdoba el presidente del Colegio de Veterinarios de Toledo, Luis Alberto García Alía, durante su intervención en el XII Foro de la Asociación Nacional de Veterinarios de Porcino, en el que participó en la mesa redonda en la que se abordó “El papel de las proteínas en la alimentación del siglo XXI”.
“En los últimos años, el bienestar animal se ha convertido en una cuestión prioritaria para los consumidores, que demandan alimentos sanos, seguros y de calidad, obtenidos mediante prácticas que aseguren una adecuada protección animal y salvaguarden y respeten el medio ambiente, y en estas cuestiones la profesión veterinaria desempeña un papel fundamental por reunir los conocimientos técnicos y científicos precisos”, asegura García Alía.
La veterinaria es una profesión esencial para la sociedad favoreciendo el dotarla de alimentos sanos, seguros, saludables, en cantidad suficiente y a precios asequibles para socializar el consumo de proteínas de alta calidad, con las que se permite una alimentación adecuada y saludable y un aumento de la esperanza de vida. Los veterinarios estamos implicados en favorecer soluciones innovadoras y sostenibles para ayudar en el desafío alimentario global, enfocados en la tecnología y los datos.
“Nuestra actividad diaria está dedicada a la protección de la salud de las personas. El trabajo que realizamos en materias de sanidad animal, seguridad alimentaria, uso racional de los antimicrobianos y bienestar animal entre otras son decisivas, ya que entre la salud de animales, personas y medio ambiente no hay líneas divisorias. Todos compartimos ‘Una salud’”, concluye García Alía.