El biólogo molecular británico Richard J. Roberts, premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1933 por sus descubrimientos en la estructura del ADN, ha defendido que los transgénicos son “totalmente seguros” y ha apelado a escuchar a los científicos en el uso de estos productos contra el hambre.
En su ponencia inaugural del II Congreso Internacional “Pobreza, hambre y sostenibilidad: Por una nueva humanidad”, impartida en la Universidad Católica de Valencia (UCV), España, el investigador ha defendido la “efectividad” de la técnica en los cultivos” y que “no hay ninguna razón para preocuparse por los transgénicos”.
Ha explicado que la técnica consiste en tomar el gen deseado, colocarlo en el ADN, transferirlo a la planta y, de esta forma, evitar la transferencia de genes adicionales, según ha informado la UCV en un comunicado.
“Son totalmente seguros. Si miráis lo que las asociaciones científicas profesionales dicen, y esto es solo el principio, todos señalan que no hay ninguna razón para preocuparse por los transgénicos: el método es más seguro, quizás, que los tradicionales para mejorar los cultivos”.
El científico ha indicado que “a lo largo de los años se ha ido refinando esta técnica” y que si se compara con la tradicional, “es mucho más rápida y precisa”.
“Si tengo dos coches, uno con sistema GPS y en el otro quiero ponerlo, ¿qué hago, desmontar los dos vehículos y luego volverlos a montar o simplemente desenchufar el GPS del primero y ponerlo en el segundo? Es obvio”, ha ejemplificado el investigador.
Roberts, director de investigación de la empresa biotecnológica “New England Biolabs”, en Massachusetts (Estados Unidos), ha lamentado que en Europa “los antitransgénicos alarmen sobre los peligros de estos alimentos, cuando en África, Asia o América Latina los niños pueden mantenerse con vida gracias a ellos”.
“En el primer mundo no necesitamos los transgénicos, pero en los países pobres hay niños que no tienen alimentos para comer. Sentarnos en el mundo desarrollado y decir al mundo en vías de desarrollo que no podemos alimentarles es inmoral”, ha asegurado.
El premio Nobel ha dado algunos ejemplos de cómo los transgénicos pueden ayudar al mundo en desarrollo, como la elaboración de un arroz que introduzca la vitamina A en niños con esta carencia.
“Si vemos la mortalidad mundial por deficiencia de la vitamina A, dos millones de niños mueren todos los años por esta causa y, además, muchos sufren deficiencias mentales, visuales y de desarrollo por la misma razón”, ha explicado.
Científicos como Ingo Potrykus (que participó en la primera edición del Congreso de la UCV) desarrollaron el arroz dorado para introducir vitamina A en estos niños y Roberts se ha preguntado “¿Cuántos niños tienen que morir antes de reconocer que el hambre es un genocidio, un crimen contra la humanidad?”.
Fuente: Chile Bio