Residuos en el intestino: peptidoglicanos de origen bacteriano

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La función gastrointestinal óptima está influenciada por muchos factores, incluida la microbiota intestinal y la forma en que interactúa con el huésped. De hecho, la microbiota gastrointestinal ha demostrado modular el desarrollo del tracto gastrointestinal y mejorar su morfología, estimulando el desarrollo del sistema inmunitario gastrointestinal, promoviendo la nutrición del huésped y reduciendo los patógenos gastrointestinales. Por lo tanto, la microbiota gastrointestinal tiene un impacto significativo en el bienestar del huésped o animal (Figura 1).

La microbiota gastrointestinal está compuesta por bacterias grampositivas (G +) y gramnegativas (G). La pared celular bacteriana de las bacterias G +, en particular, pero también de las bacterias G, es una fuente importante de peptidoglicanos (PGN). Cuando los fragmentos de estas paredes celulares se acumulan en el tracto gastrointestinal y se convierten en “desechos intestinales”, pueden disminuir la función gastrointestinal. La digestión y absorción de nutrientes son particularmente propensas al impacto adverso de estos residuos celulares