Seguridad alimentaria y agricultura sostenible

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Es hora de pensar cómo crecemos, compartimos y consumimos nuestra comida.

Pero ahora mismo, nuestros suelos, agua, océanos, bosques y nuestra biodiversidad están siendo rápidamente degradados. El cambio climático está poniendo mayor presión sobre los recursos de los que dependemos y aumentan los riesgos asociados a desastres tales como sequías e inundaciones. Muchas campesinas y campesinos ya no pueden ganarse la vida en sus tierras, lo que les obliga a emigrar a las ciudades en busca de oportunidades.

Necesitamos una profunda reforma del sistema mundial de agricultura y alimentación si queremos nutrir a los 925 millones de hambrientos que existen actualmente y los dos mil millones adicionales de personas que vivirán en el año 2050.

El sector alimentario y el sector agrícola ofrecen soluciones claves para el desarrollo y son vitales para la eliminación del hambre y la pobreza.

El Secretario General Ban Ki-moon, ha lanzado un «Reto: Hambre Cero» Documento PDF en inglés, invitando a todas las naciones a trabajar con decisión por un futuro donde nadie pase hambre. El «Reto: Hambre Cero» tiene cinco objetivos:

Conseguir que el 100% de la población tenga acceso a suficiente cantidad de alimentos nutritivos durante todo el año.
Que ningún niño menor de 2 años de edad sufra retraso en el crecimiento, terminar con la desnutrición en el embarazo y la primera infancia.

Que todos los sistemas agroalimentarios sean sostenible.

Brindar mayores oportunidades a los pequeños productores, especialmente mujeres.
Reducir a cero las pérdidas post cosecha de alimentos, acabar con el derroche de alimentos y consumirlos responsablemente.

Datos y cifras

La agricultura es el sector que más empleo produce en el mundo, suministrando la forma de vida del 40% de la población mundial. Es la mayor fuente de ingresos y trabajo en los hogares pobres rurales.

500 millones de pequeñas granjas en todo el mundo, la mayoría de secano, proporcionan un 80% de los alimentos que se consumen en en la mayor parte del mundo en desarrollo. Invertir en los pequeños agricultores, mujeres y hombres, es una forma importante de aumentar la seguridad alimentaria y la nutrición para los más pobres, así como la producción de alimentos para mercados locales y mundiales.

Desde 1900, el 75% de la diversidad de las cosechas se ha perdido en los campos. Un mejor uso de la biodiversidad agrícola puede contribuir a una alimentación sana, mejorar la vida de las comunidades agrícolas y hacer más resistentes y sostenibles los sistemas agrícolas.

1,3 millones de personas no tienen acceso a la electricidad, la mayoría de ellas viven en zonas rurales del mundo en desarrollo. En muchas regiones la pobreza energética es uno de los principales obstáculos para la reducción del hambre y la garantía de que el mundo puede producir alimentos suficientes para satisfacer la demanda futura.

Fuente: http://www.un.org/es/sustainablefuture/food.shtml