Un macroestudio sobre dieta mediterránea corregido años después muestra la dificultad para estudiar los efectos de la alimentación. La dieta mediterránea se considera un modelo de alimentación sana.
La investigación no da grandes titulares. No lo hace en proporción a los años de estudio, inversión económica y carreras entregadas a su causa. Aunque al leer la prensa cada mañana pudiera parecer lo contrario.
Para empezar, es evidente que no todos los artículos académicos que se publican diariamente en revistas científicas tienen cabida en los medios dirigidos al público. Es normal. Actualmente hay cerca de 6.000 revistas científicas de impacto (relevantes por la calidad y el prestigio de sus publicaciones). Pese a que los resultados que presentan son importantes para la comunidad científica, muchos de ellos son tan específicos de un campo concreto que solo pueden ser interpretados y utilizados por especialistas con conocimientos profundos sobre ese área.
Por otra parte, por cada estudio publicado, hay un número indeterminado de ensayos con resultados negativos que nunca verán la luz, a pesar de que también serían valiosos. Es lo que se conoce como “sesgo de publicación”: los estudios con resultados estadísticamente significativos tienen más probabilidades de ser publicados que aquellos que no son significativos.