La puesta en el mercado de alimentos de origen animal seguros empieza en los primeros pasos de su producción en la granja y tiene mucho que ver con la alimentación, sanidad y manejo de los animales, que son determinantes de la calidad e inocuidad de los productos finales y por ello es fundamental la correcta higiene ponedoras.
La legislación comunitaria así lo reconoce, y por ello establece que deberán aplicarse Códigos de buenas prácticas en la producción primaria de alimentos, sean de origen animal o vegetal, que serán la herramienta para la prevención y el autocontrol en las empresas de los riesgos alimentarios.
La producción de huevos seguros en las granjas de ponedoras es el primer paso esencial para que los centros de embalaje y las fábricas de ovoproductos suministren huevos y derivados con garantías al consumidor.
Como continuación necesaria de esta labor, el sector ha promovido la publicación de esta Guía de Buenas Prácticas de Higiene en Granjas Avícolas de Puesta, documento de referencia para que cada productor o responsable de la sanidad y seguridad en la granja elabore su propio Código de Buenas Prácticas adaptado a sus condiciones particulares, con el objetivo de lograr el nivel deseable de higiene en la producción de huevos.
Aunque este trabajo parte de la idea de identificación de riesgos, sistematización de controles y registro de actuaciones que inspira los sistemas de tipo APPCC (Análisis de Peligros y Puntos de Control Critico), no se pretende la implantación este sistema en las granjas, ya que las especiales características de la producción primaria pueden hacer difícil este enfoque. Sin embargo, la Guía no es un texto cerrado y posiblemente deberá mejorarse en la medida en que las condiciones del sector y los requisitos normativos evolucionen.
La infección por Salmonela en granjas de gallinas ponedoras puede dar lugar a alteraciones sanitarias, del bienestar animal y pérdidas económicas para los productores pero, lo que es mas importante, puede tener incidencia sobre la salud pública. Es necesario, por tanto, extremar las garantías sanitarias a fin de ofrecer al consumidor un producto seguro, comenzando por la implantación de las adecuadas medidas higiénico sanitarias en la propia granja, garantizando la seguridad alimentaria “desde la granja a la mesa”.
Fuente: AviNews