Una prueba reciente desarrollada por científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) en College Station, Texas, podría facilitar la reproducción de pollos resistentes a los patógenos.
La prueba identifica gallos cuya sangre contiene niveles naturalmente altos de dos sustancias químicas clave, citoquinas y quimiocinas. Estos químicos movilizan la respuesta inmune innata de las aves, según la microbióloga de ARS, Christi Swaggerty, en la Unidad de Investigación de Seguridad de Alimentos y Piensos de ARS.
Usando la nueva prueba, los criadores comerciales de aves de corral pueden seleccionar gallos que tengan una respuesta inmune fuerte y usarlos para criar selectivamente una parvada más robusta. Dicha resistencia, especialmente durante la primera semana de vida de las aves, puede reducir los costos relacionados con el bienestar animal y la inocuidad de los alimentos.
Proteger a los pollos de los agentes patógenos implica el saneamiento, la vacunación, la bioseguridad y el uso de antibióticos y otros medicamentos. Pero algunos pollos tienen una respuesta inmune especialmente robusta y eficiente y pueden resistir los patógenos, señala Swaggerty.
Los investigadores usaron la prueba para seleccionar gallos para criar una línea de pollos de engorde resistentes. Luego expusieron los pollos de engorde resistentes a varios patógenos. Compararon el grupo resistente con un grupo de pollos de engorde susceptibles criados a partir de gallos con bajos niveles de citoquinas y quimioquinas.
Los resultados publicados mostraron que los pollos de engorde susceptibles tenían más patógenos y signos de infección que el grupo resistente. En última instancia, dicha resistencia podría significar menos patógenos que permanecen en las aves en la planta de procesamiento y mejorar la seguridad del consumidor, señala Swaggerty.
El Dr. Swaggerty y sus colegas estudian la genética de la resistencia de los pollos a los patógenos causantes de enfermedades transmitidas por los alimentos, como Salmonella y Campylobacter. Algunas especies de estas dos bacterias juntas causan de 2 a 3 millones de casos de enfermedades transmitidas por los alimentos en los consumidores y de 450 a 500 muertes al año.
Otra enfermedad aviar, la coccidiosis, es causada por un parásito unicelular conocido como Eimeria. En los EE. UU., La coccidiosis causa pérdidas anuales de producción de hasta $ 800 millones, por lo que esta enfermedad intestinal es una amenaza significativa para casi 9 mil millones de aves de carne estadounidenses.
Fuente: The Poultry Site