El bienestar “plus” de los pollos se indicará en el etiquetado con un sistema de uno, dos o tres corazones copiando el sistema adoptado para el porcino. Un nuevo sistema introducido hace un año para la clasificación de carne de cerdo de supermercado ha demostrado ser un éxito entre los consumidores daneses logrando que, a pesar de no ser obligatorio, uno de cada cuatro envases de carne de cerdo lleve este etiquetado.
Los daneses parecen haber adoptado el nuevo sistema , aprobado en 2017, de certificación de bienestar animal, “Bedre Dyrevelfærd” , que evalúa cómo se produce el cerdo de supermercado y le otorga un sello de aprobación que varía de uno a tres corazones, dependiendo de cómo se crían los animales. El Ministerio de Agricultura de Dinamarca ha quedado tan contento con este sistema visual de etiquetado de “bienestar” en los cerdos que quiere extenderlo a los broilers (pollos de engorde).
El nuevo etiquetado para pollos: directo al corazón. “Es bueno ver que el sistema ha crecido tanto en solo un año. Muestra que a los daneses les importa el bienestar animal cuando compran alimentos, y que tienen conocimiento y confianza en el mercado “, ha declarado el Ministro de Agricultura, Ellemann-Jensen. El Ministerio ya está dialogando con productores de aves de corral danesas, tiendas y organizaciones de bienestar animal con el objetivo de definir los parámetros necesarios para granjas avícolas con el fin de implementar el esquema.
Si todo sale según lo planeado, el primer pollo con la etiqueta de bienestar animal podría estar en las tiendas en el otoño 2018. Un sistema no obligatorio y que “acreditará” con uno, dos o tres corazones los avicultores que lo adopten. Aplicando los mismos principios de etiquetado que han tenido gran éxito y comprensión por el consumidor danés para la carne de porcino, el nuevo etiquetado para pollos estaría basado en un esquema de uno a tres corazones, o ninguno si no se cumplen estos requisitos mínimos. UN corazón. Para poder optar a este mínimo el productor de pollos tendrá que elegir estirpes de crecimiento lento, criar a esos pollos con más espacio que el pollo estándar europeo y sacrificarse en un matadero próximo a la granja.
DOS corazones, además de los requisitos mínimos, será necesario tener acceso al aire libre y más fibra en el pienso, además de tener a su disposición acceso a raíces y material para anidación (balas de ensilado). TRES corazones requerirán, además de todo lo anterior, más espacio, mejoras en la dieta adicionales y disponer de instalaciones que permitan al pollo reproducir todavía más su comportamiento natural. El avicultor que no quiera acogerse a este sistema de etiquetado de bienestar siempre podrá, de momento, continuar produciendo y vendiendo sus pollos sin corazón alguno en sus etiquetas. Visto lo visto, algunas cuestiones que nos surgen desde la Real Escuela de Avicultura son las siguientes:
¿Cuánto más estará dispuesto a pagar el consumidor danés por uno, dos o tres corazones?
¿Acabarán las organizaciones animalistas acusando a los supermercados que sigan vendiendo pollos sin etiquetado de bienestar de empresas sin corazón?
¿Copiará la UE este sistema? ¿Es bienestar, o es proteccionismo ante importaciones de países terceros? El tiempo nos dará la respuesta.