La influenza aviar en el Continente Americano, pero sobre todo en Norteamérica, ha sido durante más de 30 años casi una fijación de la avicultura comercial. Es obvio que, además de los efectos devastadores que puede tener sobre nuestra industria, el hecho de ser una zoonosis potencial muy importante forma la base de dicho interés. Esta característica de zoonosis logra que siempre se manifiesten también aspectos comerciales y políticos, además de los biológicos, que han influenciado significativamente el enfoque que se le da a su prevención, control y erradicación
De ninguna manera se pretende restarle importancia a la influenza aviar, pero como punto de comparación para mantener las proporciones y perspectiva, debo recordarles que la enfermedad de Newcastle es responsable de pérdidas económicas mucho mas importantes para la avicultura global, probablemente porque es endémica en la mayoría de los países del mundo. Según la OIE (Organización Mundial de Salud Animal) solamente Canadá, Estados Unidos y pocos países de Europa Occidental se encuentran libres de esta enfermedad. Como zoonosis, el trabajo multinacional más reciente estima que la salmonelosis paratifoidea causa aproximadamente 155,000 muertes cada año en todo el mundo¹. Tan sólo en Estados Unidos el CDC (Centers for Disease Control and Prevention) del gobierno federal calcula el número de muertes anualmente por salmonela paratifoidea en 450. La influenza aviar H5N1 ha causado 452 muertes acumuladas en todo el mundo durante los últimos 14 años, desde que se registró el primer brote en 2003, según la WHO (World Health Organization). ¿Ven mi punto sobre proporciones y perspectiva? Artículo inicia en página 48 de las siguientes Memorias: