¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? En Física Cuántica los dos llegaron primero. La relación causa-efecto es algo que el ser humano da por sentado en cada momento de su vida. Tenemos tan asumida esa relación que cualquier variación en el orden en que suceden las cosas nos resulta casi imposible de entender. Sin embargo, la realidad en el mundo cuántico puede llegar a ser mucho más desconcertante.
Esta semana se ha hecho viral un artículo que desafía la lógica del lector utilizando como ejemplo la paradoja del huevo o la gallina, llevándola al mundo de la física cuántica. El estudio ha utilizado fotones pero para explicar sus resultados los autores han utilizado el problema lógico del huevo o la gallina. La paradoja surgió por primera vez en la Grecia clásica y servía de ejemplo a los filósofos para describir las complicaciones de determinar las causas y sus efectos. Ahora, un equipo de físicos de la Universidad de Queensland y el Instituto NÉEL ha demostrado que, en lo que se refiere a la física cuántica, tanto el huevo como la gallina pueden ser los primeros: “La rareza de la mecánica cuántica implica que los eventos pueden suceder sin un orden establecido“.
La Física Cuántica ya desafía nuestras ideas preconcebidas sobre la posición de un objeto. Seguramente habréis escuchado que una partícula en el mundo cuántico, por ejemplo un fotón o un electrón, puede estar en múltiples lugares a la vez. Los investigadores añaden además otro punto de vista curioso: La mecánica cuántica permite que los eventos sucedan sin un orden causal definido. El nuevo estudio, publicado en Physical Review Letters, muestra que las partículas cuánticas no obedecen a las leyes de la causalidad y que puede ser imposible diferenciar en qué orden ocurren dos eventos porque incluso pueden ocurrir a la vez.