Quienes trabajan con aves reproductoras esperan que la incubablidad disminuya cuando los huevos permanecen almacenados durante más de una semana ya que tendrán un más elevado nivel de mortalidad embrionaria entre los dos y tres días de incubación y necesitarán más tiempo para completar la incubación. Esto provoca que algunos pollitos vivos sean desechados al sacarlos de la nacedora porque han nacido demasiado tarde para que ser aprovechables. El nivel de pérdidas al nacer con cada día extra de almacenaje es variable y depende de la granja y de las condiciones de en que se han tenido los huevos, así como de la salud de la manada y de la edad y la raza de los reproductores.
La incubación después del almacenaje de los huevos. La edad del huevo en el momento de su introducción en la incubadora en una sala de incubación de broilers comercial puede controlarse, en general, razonablemente bien y la mayoría se cargan en ella dentro de los siete días posteriores a su puesta. Sin embargo, cuando las condiciones del mercado no son buenas, o cuando la envergadura de los pedidos es variable, la prolongación de los períodos de almacenamiento de los huevos deviene
inevitable. Esta prolongación causa, invariablemente, una disminución de la viabilidad, una peor calidad del pollito y un rendimiento menor del broiler.
Durante un almacenamiento prolongado -mayor de 7 días-, ocurren una serie de cambios dentro del huevo, los cuales contribuyen a deteriorar la incubabilidad. El pH del albumen aumenta y, como consecuencia, cambia la estructura de su proteína, causando una pérdida de la viscosidad del albumen. También cambia la yema, puesto que el agua pasa por ósmosis del albumen al vitelo y la membrana vitelina se adelgaza y se debilita. También se producen cambios en el embrión dentro del huevo. Cuando el huevo es puesto el embrión del pollito tiene alrededor de 60.000 células después de su desarrollo en el oviducto de la gallina, mientras que el huevo se va formando en el mismo. Cuando se procede a almacenarlos, las células en el embrión empiezan a morirse y hasta un 70% de las mismas pueden morir al cabo de 17 días.
Cuando es necesario alargar el período de almacenaje por más de siete días, se aconseja a los productores que mantengan el almacén a temperaturas más frías, lo que ayudará a conservar la calidad del albumen. En caso de que el almacenaje sobrepase los 14 días, puede servir de ayuda el almacenar los huevos al revés o voltearlos dos veces al día en las mismas bandejas de carga. Esto es además de las normas básicas en el manejo de huevos, en las que se recomienda enfriarlos por debajo del cero fisiológico tan pronto como sea posible después de su puesta y mantenerlos luego a temperatura constante hasta que ser cargados en la incubadora.
Cuando una gallina pone una nidada de huevos en un ponedero, no siempre está haciendo lo que se consideraría la mejor práctica. Sus huevos se mantienen a la temperatura ambiente, la cual fluctúa durante el día. Cada vez que ella se instala en el nidal para volver a poner, los huevos puestos anteriormente se caldearán nuevamente.
La gallina voltea los huevos, pero casi siempre lo hace por el hecho de entrar en el nido para poner el siguiente huevo. Durante los últimos 100 años, diversos investigadores han analizado el ambiente natural de los huevos fértiles y han examinado los efectos de la aplicación de diferentes pautas de calentamiento y enfriamiento de los mismos antes y durante el almacenamiento. Muchas de estas pautas, aunque no todas, han conseguido mejorar la incubabilidad de los huevos almacenados. http://bit.ly/2Zwm0WP