¿Por qué mantener a los reproductores en su zona de confort térmico?

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¿Por qué mantener a los reproductores en su zona de confort térmico?

La zona de confort térmico es aquella en la cual la gama de temperaturas en la cual un ave no tiene que gastar energía para mantener su temperatura corporal normal, es decir que está térmicamente cómoda.

En los pollitos, el criarlos en de su zona de confort térmico garantiza:

Un buen comienzo.

Alcanzar los objetivos deseados de peso.

Una buena supervivencia.

Un buen desarrollo cardiovascular y esquelético

Sin embargo, es igualmente importante mantener a los reproductores en su zona de confort térmico, tanto en su crianza como durante toda su vida productiva. Esto asegura que la distribución diaria de nutrientes se utiliza eficientemente para el mantenimiento, el crecimiento, la actividad del apareamiento y la producción de huevos.

Cómo evaluar el confort de los reproductores

La mejor manera de determinar si las aves están dentro de su zona de confort térmico es monitorear su comportamiento. Esto debe hacerse cada vez que se entra en la nave, aunque no en el período inmediatamente después de haberse encendido las luces, ni tampoco dentro de la primera hora después de haber repartido el pienso.

Antes de entrar en la nave, asegurarse de estar utilizando el vestuario protector pertinente de granja, de haberse puesto unas botas desinfectadas y que se han lavado las manos.

Procedimiento

Picar ligeramente en la puerta y abrirla lentamente para molestar a las aves lo menos posible.

Entrar en la nave lenta y silenciosamente para que las aves permanezcan tranquilas.

Detenerse o sentarse en la nave en un lugar donde la mayoría de la manada se pueda observar claramente con la mínima perturbación – lejos de la puerta de entrada, las paredes laterales y los ventiladores -, tomando nota de:

El ruido de aves y sus vocalizaciones: si están más tranquilas o ruidosas de lo normal.

Su distribución en cada departamento o en toda la nave, uniformemente o no.

Su actividad general, es decir, si presentan un comportamiento normal en su acicalamiento, alimentación, bebida, viajes a los nidales, baños de polvo y cubriciones.

Observar las aves durante, al menos, 5 a 10 minutos.

Interpretación de los resultados si las aves están dentro de su zona de confort térmico:

Se distribuirán uniformemente por toda la nave.

Vocalizarán con satisfacción.

Un igual número de ellas estarán acicalándose, revolcándose en la cama, en los nidales o bien comiendo y bebiendo.

Nota: Es normal que un pequeño número de aves jadeando en cualquier momento del día y en cualquier edad – del 5 al 15 % -.

ACCIONES REQUERIDAS: NINGUNA

Interpretación de los resultados si las aves están demasiado calientes:

El número de ellas jadeando aumenta, la respiración se hace trabajosa y las alas se mantienen separadas del cuerpo.

Pocas aves se sientan en un grupo, estando la mayoría con un espacio a su alrededor.

La nave está más tranquila, por reducción de las vocalizaciones.

Se reducirá su actividad.

Aves jadeando en sus nidales (izquierda) y aves con las alas extendidas distantes de su cuerpo (derecha).

ACCIONES REQUERIDAS:

Aumentar el número de ventiladores en funcionamiento o su velocidad a fin de reducir la temperatura efectiva que sienten las aves. Pero el número exacto de ellos dependerá de la edad de las aves, la temperatura ambiental, su capacidad y si la nave dispone de refrigeración evaporativa.

Si los paneles de refrigeración están bien colocados su lugar, comprobar el funcionamiento de las bombas de agua y por cuanto tiempo hasta que la temperatura se estabiliza, o bien ponerlas en marcha.

Nota: Los paneles de refrigeración evaporativa aumentan aún más la humedad relativa y no se deben utilizar si ésta es del 80 % o superior.

Si se utilizan paneles de refrigeración, asegurarse de que no estén bloqueados, comprobando si el temporizador está bien ajustado para que la temperatura de la nave se estabilice.

Si se sabe que las temperaturas diurnas van a ser elevadas, es beneficioso caminar tranquilamente entre las aves de forma regular – cada una o dos horas – para hacer que se levanten, lo que ayuda a liberar el calor atrapado en la cama debajo de ellas. Esta técnica debe iniciarse lo antes posible en el día para evitar una acumulación inicial de calor.

Puede ser beneficioso que los ventiladores estén funcionando durante toda la noche para reducir la temperatura de la nave latente tanto como sea posible.

Interpretación de los resultados si las aves están demasiado frías:

Se acurrucarán en grupos en la nave.

Las plumas están erizadas con el fin de aumentar el aislamiento.

Puede haber una caída en la producción de huevos a causa de que la cantidad de pienso repartida tal vez no sea suficiente para mantener la producción de calor y de la puesta.

Nota: Una caída de la producción de huevos puede deberse a diversas razones y no debe tomarse como la única indicación de que las aves pasan frío.

La proporción de huevos en el suelo pueden aumentar a medida que las aves se acurrucen para mantener el calor, porque entonces también pondrán sus huevos en él. Y unos nidales fríos también hacen aumentar los niveles de huevos en el suelo.

Las vocalizaciones de las aves pueden aumentar o reducirse.

Nota: El efecto de las condiciones más frías será mayor si el estado del plumaje es pobre.

ACCIONES REQUERIDAS:

Apagar el último ventilador que se puso en marcha en la nave.

Desconectar los paneles de refrigeración si están en funcionamiento.

Desconectar los nebulizadores si están en funcionamiento.

Aumentar la temperatura de la nave entre 1 y 1,5 ºC.

A recordar

Cualquier cambio realizado en el entorno de la nave debe hacerse de manera sistemática de uno en uno. Una vez implementados los ajustes, la nave debe dejarse durante alrededor de una hora para que el medio ambiente pueda estabilizarse y las aves puedan asentarse.

La comodidad y el comportamiento de las aves deben reevaluarse, haciéndose más ajustes si es necesario.  https://avicultura.com/por-que-mantener-a-los-reproductores-en-su-zona-de-confort-termico/