Importancia del diseño de la ventilación. La avicultura de carne de hoy en día, como cualquier actividad industrial, está sometida a las leyes de mercado. La propia dinámica de la competitividad, tiende a reducir los márgenes de beneficios, sobre todo en mercados maduros como el del sector primario. Si queremos sobrevivir como empresa, debemos ser competitivos, es decir, producir mucho y bien a menores costes que nuestros competidores. Para ello, hemos de buscar y alcanzar, continuamente, la excelencia al límite de la eficiencia productiva.
Como es sabido, el resultado productivo de una crianza avícola depende fundamentalmente de 4 factores -la silla de 4 patas-: nutrición, sanidad, genética y manejo de las aves. Una pequeña deficiencia en alguno de estos factores desencadenará un peor resultado productivo y por lo tanto una menor rentabilidad tanto para los avicultores como para las integraciones.
La aplicación de forma generalizada en la industria avícola de los avances tecnológicos en nutrición y sanidad -tanto en el diagnóstico de enfermedades como en la profilaxis vacunal-, ha hecho posible unos niveles de control de calidad y perfeccionamiento en estos campos, impensables hasta hace sólo unos años. Además, la genética sigue avanzando año a año, de forma que nos proporciona aves que crecen más y en menos tiempo, pero cada vez más exigentes en condiciones ambientales, y como consecuencia, si éstas no son las idóneas, las ganancias de peso del ave se penalizan cada vez más. Sólo podremos desarrollar al máximo el potencial genético si mantenemos las aves en pleno confort ambiental en todo momento.
Por tanto, teniendo en cuenta lo anteriormente citado, el manejo de las aves es, en la actualidad, probablemente el factor con el que más podemos trabajar para lograr nuestros objetivos.
Por otro lado, antiguamente la responsabilidad del buen o mal manejo de las aves recaía sobre todo en la habilidad del avicultor, ya que no se disponía de los conocimientos ni de la tecnología que disponemos actualmente. En cambio, hoy en día el avicultor sigue siendo responsable del manejo, pero puede y debe ayudarse de las nuevas herramientas y equipamientos que el mercado le ofrece; sólo de esta forma, podrá proporcionar a estas aves, mucho más “delicadas”, el confort ambiental que necesitan, garantizando unos buenos resultados productivos y consecuentemente la óptima rentabilidad de la explotación. Con las estirpes actuales, por muy experimentado que sea el avicultor, de no disponer de las instalaciones adecuadas, la viabilidad de su explotación se verá comprometida. ¿Qué instalaciones son las más adecuadas?