Aprenda cómo manejar los celos antes del periodo de espera voluntaria en bovinos

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Aprenda cómo manejar los celos antes del periodo de espera voluntaria en bovinos

 

La reproducción eficiente en el ganado bovino es fundamental para la productividad y rentabilidad de la finca. Sin embargo, hay aspectos sutiles pero críticos que a menudo pasan desapercibidos como la detección temprana del celo en vacas posparto. Aunque puede parecer un detalle menor, su impacto en la fertilidad y la salud reproductiva del ganado es significativo y merece una atención especial. En condiciones normales, la primera ovulación después del parto ocurre alrededor del día 28, como lo mencionan los médicos veterinarios Juan Vicente González Martín y Ángel Revilla Ruiz, en la Revista Frisona.

Esta ovulación inicial muestra signos débiles de celo. Sin embargo, es en las ovulaciones posteriores donde la manifestación del celo es más evidente. Aquí es donde radica la importancia de observar y registrar el comportamiento de las vacas posparto, ya que puede indicar la salud reproductiva del animal y afectar su fertilidad. Los profesionales aseguran que “existen estudios que han demostrado que las vacas que experimentan dos o tres ciclos de celo antes del final del periodo de espera voluntario tienen tasas de fertilidad considerablemente más altas que aquellas que solo tienen uno o ninguno”.

Estas vacas que muestran celo temprano tienen ciclos de celo más prolongados e intensos después del periodo de espera voluntario. De acuerdo a los expertos, “esta observación se correlaciona con niveles más bajos de progesterona y mayores niveles de estradiol, lo que aumenta la probabilidad de concepción en un 10%. Además, se ha observado una reducción de hasta 24 días en los días abiertos en este grupo de vacas”.

Por otro lado, las vacas que no muestran celo antes del periodo de espera voluntario tienen ciclos de celo más cortos y débiles, lo que dificulta su detección. Esto puede llevar a problemas como la falta en la ovulación, la fertilización deficiente o incluso la muerte embrionaria una vez que la gestación ha ocurrido. Entre las posibles causas de anestro durante este periodo se encuentran el nacimiento de un ternero muerto, la retención de placenta, la metritis y la pérdida excesiva de peso después del parto, entre otros aspectos.

La detección temprana del celo, por lo tanto, no solo es fundamental para identificar la salud reproductiva de las vacas posparto, sino que también permite intervenir en los factores que pueden afectar su fertilidad.

González Martín y Revilla Ruiz aseguran que la implementación de sistemas automáticos de detección de celo se presenta como una herramienta invaluable en este sentido. Estos sistemas no solo ayudan a identificar el celo durante el periodo de espera voluntario, sino que también permite registrar estos eventos, proporcionando datos clave para mejorar la gestación reproductiva en las empresas ganaderas.

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