Investigadores del IRTA pretenden desarrollar un sistema que permita el tratamiento integral de los residuos cárnicos/deyecciones animales y su valorización energética en base a la (co)digestión anaerobia (biogás).
El proceso se basa en un digestor enriquecido en bacterias sintróficas oxidadoras del acetato (SAO). El proyecto representa una de las primeras implementaciones del concepto de smart bioreactor en la biotecnología ambiental.
Según la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (ANICE), el cárnico es el 4º sector industrial español, y está constituido por unas 3.000 PIMES (mataderos, elaboración de productos cárnicos, etc.). Ocupa, con diferencia, el primer lugar de toda la industria alimentaria, con una cifra de negocio de 21.164 millones de euros (más del 20% del sector alimentario y el 2% del PIB total español), siendo el empleo directo superior al 20% de la ocupación total de la industria alimentaria.
En España se generan al año unos 2 millones de toneladas de residuos animales, cifra que incluye 380.000 toneladas correspondientes a los animales que mueren en la propia granja, y cuya recogida y tratamiento supone un coste anual aproximado de 150 millones de euros. Por otro lado, las deyecciones ganaderas son uno de los residuos más abundantes, siendo su aplicación como fertilizante la principal estrategia de gestión, aunque en zonas de elevada densidad ganadera está limitada. Además, en las zonas vulnerables es necesario implementar sistemas para el procesado de las deyecciones que faciliten la recuperación/exportación del nitrógeno excedentario o, en última instancia, su eliminación. Es en estas zonas de alta densidad ganadera donde los excedentes de las deyecciones (purín, estiércol, gallinaza…) tienen una salida como fertilizante más complicada, por lo que se hace necesario buscar otras salidas o valoraciones que permitan pasar de un excedente problemático a un subproducto valorizable (económicamente o no.