El ganado bovino supone una importante fuente de emisión de metano para la atmósfera y para el calentamiento global, pero ¿es justa la mala fama que tiene?
Una vaca puede llegar a producir 300 litros de metano al día. Un gas de efecto invernadero que se encuentra en la naturaleza de forma natural y es provocado por la descomposición de la materia orgánica. Las vacas producen gas metano en sus procesos digestivos, pero no solo lo hacen ellas. Las ovejas, los cerdos, los pollos e incluso las termitas también son productores de metano. Los humanos somos
igualmente responsables mediante los combustibles fósiles, las explotaciones agropecuarias y los vertederos.
En el año 2006, un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) concluyó que la ganadería suponía un 18% de las emisiones de los gases de efecto invernadero de todo el planeta. Aunque el dióxido de carbono es el principal gas de efecto invernadero y el metano permanece menos tiempo en la atmósfera, es capaz de absorber 24 veces más calor que el CO2.
En este punto el ganado bovino empezó a tener mala fama debido a que esta atribución implicaba que una vaca podía llegar a contaminar más que un coche. No obstante, las conclusiones del estudio de la FAO tuvieron que ser rectificadas tiempo después ya que se reconoció que los datos no eran correctos. A la hora de contabilizar las emisiones del transporte, se ignoraron los efectos en el clima de los procesos de fabricación, ensamblaje, mantenimiento de infraestructuras, etc. En cambio, al analizar el impacto de la ganadería se contabilizaron las emisiones generadas por la elaboración de fertilizantes, el cultivo de pienso o las emisiones de los animales desde su nacimiento. La comparativa no era, por tanto, correcta. LEER MÁS EN: http://www.agromeat.com/259297/contamina-mas-una-vaca-o-un-coche