Las moscas se encuentran en todos los continentes a excepción de la Antártida. La lucha mediante el control biológico de plagas es un aspecto desconocido porque lo habitual es el control químico. En este artículo se explica en qué consiste el control biológico de la mosca del ganado y se exponen algunos datos de los trabajos realizados tanto a nivel de campo como experimental. Guzmán [1], F. Beitia [2], J. Tormos [3], F. Calatayud [4], I. Pérez-Baena [1] y B. Peris [1]
Las características geográficas de la península ibérica, asociadas a unas condiciones climáticas favorables (cálidas y húmedas), han permitido el desarrollo de infinidad de especies. Además, los cambios del clima de nuestra región están variando la distribución temporal y espacial, así como la dinámica estacional e interanual de patógenos, vectores, hospedadores y reservorios (López y Molina, 2005). Sea cual sea la causa, es un hecho innegable que en las explotaciones ganaderas ha aumentado notablemente el número de dípteros (figura 1).
En la actualidad se han identificado más de 150.000 especies de moscas y mosquitos en el mundo, de las que 7.200 se han detectado y clasificado en la península ibérica, y su control constituye uno de los aspectos más importantes, debido a sus repercusiones sobre la salud, el bienestar de los animales y la economía de la propia explotación. El control efectivo de estos dípteros requiere la gestión integrada del estiércol, la captura masiva de adultos, el control biológico y el uso selectivo de insecticidas. Sin embargo, el control químico mediante insecticidas de las moscas domésticas es difícil debido a la rapidez del desarrollo de resistencias.
Fuente: AgroMeat