Aunque la recomendación habitual es mejorar el suministro de este sustento para un mejor rendimiento de las reses y para incrementar los niveles en la leche. Sin embargo, no debe aplicarse de manera arbitraria, pues podría tener efectos negativos en su hato.
El zootecnista Luis Cuadros Moreno, experto en nutrición bovina, se refirió a la estrecha relación que guarda la fertilidad de las reses con la alimentación que reciben. (Lea: Aspectos de la nutrición que inciden en la reproducción bovina)
“En Colombia, tenemos un promedio de 51 % de preñez, lo cual es preocupante. Gran parte se debe a la mala nutrición y no por hambre, sino por excesos de concentrados o de minerales, más que todo de proteína, que se ha convertido en un grave problema”, precisó.
En efecto, el zootecnista alertó sobre el uso de suplementos que aportan proteína para las vacas y que se usan especialmente en los hatos lecheros. Esto se debe a que los productores reciben una mayor compensación por calidad composicional de la leche, que incluye mejores niveles de proteína.
Cuadros precisó que se trata de una sobrealimentación con concentrados o suplementos, además de los aportes que brinda los mismos forrajes. (Lea: Mejorar proteína en leche no requiere suplementación desmedida) . “Este es un problema de todos los días, que se da en la sabana de Bogotá, en el valle de Ubaté y Chiquinquirá, en el norte de Antioquia, en el valle de Sibundoy en Nariño, donde están las lecherías especializadas en Colombia”, dijo.
Y agregó que: “(Allí) usan pastos con muchísima proteína, con ryegrass y kikuyo de 20 %, y además usan concentrados del 18 %. Esto hace que la vaca produzca grandes cantidades de leche, pero eso se vuelve embriotóxico por el exceso de nitrógeno ureico en sangre (BUN, Blood Urea Nytrogen) o en leche (MUN, Milk Urea Nytrogen)”.
En efecto, el exceso de proteína afecta negativamente la función reproductiva porque empeora el balance energético, incidiendo en la supervivencia del embrión. (Lea: ¿Qué tan importante es la prueba MUN?). Desde 2004, investigadores del Servicio de Investigación Agrícola de EE.UU. (ARS) comprobaron estos efectos que contribuyen a la contaminación ambiental por nitrógeno. Inclusive, un elevado aumento de proteína puede reducir eventualmente la producción de leche.