Ensilaje de verdeos invernales: nuevas opciones

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‘Debemos recordar que para seleccionar un verdeo, hay que tener en cuenta distintos factores: textura y estructura del suelo, su fertilidad, disponibilidad de agua, temperatura del lugar, entre otros.’

Las técnicas de conservación de forrajes más utilizados por los productores son la henificación y el ensilaje, con esto se busca ofrecer una alternativa forrajera para los animales y que además tenga una alta calidad durante todo el año. Es sabido que los silajes de maíz y sorgo son una muy buena alternativa de conservación. 

Sin embargo es nuestro interés poner en relieve otras alternativas de conservación de forrajes novedosas en cuanto a las especies utilizadas, ya que estas normalmente se utilizan para pastoreo directo. La cantidad de vacunos que se engordan y faenan en nuestra provincia ha aumentado considerablemente duplicándose en menos de cinco años y éste aumento debe ir asistido con la producción de pasturas cultivadas, necesarias para el engorde de los animales, tal como se menciona en el artículo publicado en éste mismo medio ‘Ensilaje de maíces y sorgos: una alternativa para forrajes’ artículo publicado en Diario Los Andes el Sábado, 29 de abril de 2017.

Generalidades

Los llamados verdeos de invierno, que incluyen como recursos forrajeros entre otros a la avena, cebada, centeno y trigo, son buenas alternativas para realizar reservas en otra época del año que no sea la estival. Para Mendoza es importante tenerlos en cuenta porque en invierno hay mayor disponibilidad del recurso hídrico (agua) por su menor utilización y además contamos con maquinaria más ociosa que en la época estival. 

Debemos recordar que para seleccionar un verdeo, hay que tener en cuenta distintos factores: textura y estructura del suelo, su fertilidad, disponibilidad de agua, temperatura del lugar, etc., porque cada uno de ellos  responde y se adapta mejor a las distintas condiciones.

Método de ensilaje

Una de las formas de conservar forrajes es el proceso basado en la acidificación del material, lo que se evidencia por una disminución del pH del medio a valores cercanos a 4. El proceso se llama ‘ensilaje’.  Esta disminución de pH, se debe a la fermentación de los hidratos de carbono o azúcares contenidos en el forraje, produciendo ácidos orgánicos (ácido láctico); éste se produce por la presencia de bacterias lácticas que actúan sobre todo en ausencia de oxígeno.

Cuando el pH llega a valores cercanos a 4 el tipo de fermentación impide la descomposición del material, quedando estabilizado sin perder la calidad alcanzada en ese momento.  Es interesante recordar que el ensilaje, como cualquier otro método de conservación de forrajes, no mejora la calidad del material conservado con respecto al cultivo en pie.

Por lo general los ensilajes de verdeos invernales poseen una calidad superior con respecto a los de maíz y sorgo. Los principales parámetros de calidad forrajera son el aporte de proteínas y la digestibilidad del material. Según determinaciones realizadas en la EEA INTA Barrow, la calidad y la cantidad obtenida es variable entre distintos años.

Momento del corte

Existe poca información, sobre cuáles son las técnicas correctas para ensilar verdeos de invierno, sobre todo en relación con el estadio fenológico o momento ideal para el corte de la planta. A medida que transcurre su desarrollo (distintas etapas fisiológicas) la planta pierde calidad por el aumento del contenido de fibra; por lo tanto el momento ideal del corte, está en relación con los objetivos productivos que tengamos planteados en nuestro sistema ganadero. 

El concepto es el mismo que se aplica en la ‘henificación’, es decir el ‘momento del corte’ se determina en función de la cantidad (Kg MS/ha) que buscamos versus la calidad requerida (% de digestibilidad); a mayor producción, menor calidad.

El estado fenológico del cultivo a ensilar se recomienda, para el caso de la avena, cuando la ‘panoja está recién emergida’; pero para cebada y trigo, se recomienda hacer el corte cuando el grano está en estado ‘lechoso o pastoso’. En dichos estados, estos cultivos presentan buena calidad y buena producción de materia seca.

En los de verdeos de invierno la cantidad de granos al momento del corte no es tan importante, ya que la fibra es la principal fuente de energía, entonces se debe lograr una fibra con buena digestibilidad; pero en el caso de silos de maíz y sorgo, el picado se realiza en estado de  ‘grano lechoso’, ya que en un estado más avanzado de madurez, le haría perder digestibilidad.  

El picado se realiza sobre la planta en pie siendo el tamaño del picado de 2 a 4 cm. Con esto se busca disminuir el tamaño del material y así facilitar un correcto compactado, al mismo tiempo expone mayor cantidad de azúcares para la fermentación.

Luego de picado el forraje se lo traslada al lugar elegido para hacer el silo. Hay dos alternativas que son las más comunes para hacer silos: 1-puente o 2- trinchera; también la posibilidad de hacer  ‘silo bolsa’, para lo cual se necesita maquinaria especial para el empaquetado. Una vez terminado el silo se lo comienza a utilizar de acuerdo a las necesidades.

Es recomendable que una vez abierto, se lo utilice en su totalidad en el menor tiempo posible para evitar alteraciones del material ensilado.

Conclusión 

Los verdeos de invierno con destino a ensilaje,  se presentan como una opción adecuada para ser incluida dentro de las rotaciones agrícolas, sin disminuir las superficies destinada a granos como también a otros cultivos. En nuestro caso, se pueden utilizar tierras que no se destinen a viñedos y frutales. 

Éstos cereales presentan la capacidad de poder ser cosechados como planta entera o como grano. Cebada y trigo se presentan como una excelente alternativa para ser ensilados, al igual que la avena, tanto por sus niveles de producción de MS, como por la calidad que ofrecen para ésta técnica de conservación.

Fuente: Cluster Ganadero Bovino