Factores que inciden en la aparición de quistes ováricos en vacas

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La enfermedad quística ovárica bovina es una de las mayores causas de problemas reproductivos en el hato lechero. Aunque el origen de la afección es desconocido, expertos han tratado de establecer cuáles pueden los factores predisponentes para su aparición.

Los quistes ováricos pueden ocasionar pérdidas económicas en ganaderías de carne y leche, pero se presentan especialmente en hatos lecheros. Se producen cuando ocurre una falla en la ovulación y los folículos aumentan de tamaño más allá del diámetro del óvulo y persisten interrumpiendo los ciclos estrales.

Existen 2 grandes tipos: foliculares y luteínicos, que se dividen en otros subtipos. Los primeros son los más frecuentes (entre el 60 y 70 % de los casos) y conllevan a que una hembra tenga celos repetitivos.

En cambio, los quistes luteales producen altas concentraciones de progesterona en sangre, por lo cual la hembra nunca entra en calor. Ambos se quedan largo tiempo en el ovario y entorpecen la funcionalidad del sistema reproductivo de la hembra.

En general, no hay claridad cuáles pueden ser los agentes causales de los quistes, aunque se han atribuido a los cambios celulares y moleculares en el crecimiento folicular que podrían favorecer la anovulación y la formación de quistes.

Los expertos ecuatorianos Hermógenes René Chamba Ochoa, Édgar Enrique Benítez González y Manuel Teodoro Pesántez Campoverde realizaron un estudio en 23 ganaderías para determinar los factores predisponentes de quistes.

En su introducción aseguraron que hay varios aspectos relacionados con la aparición de quistes, como el factor hereditario, la alimentación, la producción de leche, el momento reproductivo, la condición corporal y las infecciones uterinas.

Hay factores predisponentes como la edad o la condición corporal, pues las vacas con condición superior a 4 (escala de 1 a 5) tienen una frecuencia 2,5 veces superior de presentar quistes a las que están por debajo de 3.

Lo mismo expresó Ricardo Camacho Quiroga, médico veterinario–zootecnista, quien recomendó que una hembra puede tener predisposición genética a presentar quistes, por lo cual es mejor descartarla.

Sin embargo, si el animal recibe una dieta balanceada y rica en minerales, es posible que los quistes no se presenten, lo cual ratifica la importancia de una adecuada nutrición para lograr los mejores indicadores productivos.

En el caso de la nutrición, los expertos ecuatorianos recordaron que el elevado suministro de proteínas, que se emplea sobre todo en hatos lecheros, hacen que las vacas sean más vulnerables a trastornos endocrinos.

Los quistes foliculares se pueden tratar con hormonas o mecánicamente, detectándolos previamente a través de una ecografía. Para Camacho, el tratamiento microquirúrgico es aceptable para eliminar los quistes, pero sí se quieren animales sanos en el hato, lo mejor es descartar a los que ya han manifestado estos problemas.

Fuente: AgroMeat