Importancia del medicamento y concentración recomendada

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El cuidado del ombligo en crías recién nacidas es esencial para evitar el contagio de enfermedades que se producen cuando los patógenos se cuelan por la apertura que queda expuesta al romperse el cordón umbilical. Para esto se emplea tintura de yodo, pero no debe hacerse arbitrariamente. De acuerdo con el MVZ Juan Carlos Londoño Estrada, de La Dorada (Caldas), en los últimos años se ha vuelto más común la recomendación de aplicar tintura de yodo dentro del ombligo del ternero recién nacido, que consideró un error.

“Esta práctica ocasiona irritación dentro del sensible tejido del interior del canal del cordón umbilical, máxime si se utilizan concentraciones de alcohol yodado superiores al 12% las cuales considero que son muy cáusticas”, sostuvo el experto en un blog de medicina veterinaria. A su juicio, se podrían hacer inmersiones diarias del ombligo en la tintura de yodo cada 12 horas en los primeros 3 días de vida, con lo cual se obtiene una buena desinfección. También aconsejó dejarlo suelto y sin amarrar, para facilitar la salida de líquidos fetales del conducto umbilical.

Por su parte, el MVZ Juan Francisco Ruiz indicó que las altas concentraciones de yodo se usan para desinfectar superficies o instrumentos, por lo que insistió no elevar la cantidad de esta sustancia y usar un mínimo de 2 a 5 %. Al darse la obliteración de las estructuras del ombligo, ellos forman parte ligamentosa de órganos y si el yodo se trasfunde más allá y en cantidades mayores, puede ocasionar lesiones traumáticas a los ligamentos y desencadenar un proceso intra abdominal”, afirmó.

A su vez, el médico veterinario Raúl Jesús Santivañez reiteró que no se deben introducir soluciones yodadas en la luz del cordón umbilical, pero también manifestó que no se debería cortar el ombligo, para hacer más difícil la llegada de bacterias al final del cordón. “Tampoco es una buena práctica amarrarlo, por cuanto si alguna bacteria ingreso al conducto antes de amarrarlo le estamos asegurando su permanencia en el conducto”, añadió.

Entre otras, subrayó que una concentración entre 8 y 10 % es más que suficiente para el efecto germicida que se requiere para el ternero. Así pues, se puede emplear un frasco de boca ancha donde pueda caber todo el cordón y dejar trabajar al yodo. Otras acciones a evitar son la manipulación del ombligo, el uso de jeringas para alcanzar sitios escondidos del cordón, así como la aplicación de matagusanos y larvicidas a menos que existan larvas. Aunque Santivañez propuso el rango de 8 a 10 %, algunos criadores han encontrado que por arriba de 7 % es irritante para la piel.  http://bit.ly/2Zwm0WP