Tuberculosis Bovina

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La tuberculosis bovina es una enfermedad infecto-contagiosa crónica causada por bacterias del genero Mycobacterium. Es una de las enfermedades más importantes del ganado bovino, tanto por su impacto en salud pública como por sus consecuencias económicas para un país.

¿QUÉ ES LA TUBERCULOSIS BOVINA?

La tuberculosis bovina es una enfermedad infecto-contagiosa crónica causada por bacterias del genero Mycobacterium. Es una de las enfermedades más importantes del ganado bovino, tanto por su impacto en salud pública como por sus consecuencias económicas para un país. Su incidencia limita el desarrollo de la ganadería y sus productos asociados, incluyendo las exportaciones.

De acuerdo con lo informado recientemente por la Organización Mundial de la Salud, el número de casos de tuberculosis, en el hombre, supera los 8 millones al año y va en aumento. Los programas de control y eliminación de animales infectados, junto con la pasteurización de la leche, han reducido drásticamente la incidencia de la enfermedad causada por M. bovis, tanto en el hombre como en los animales. Sin embargo, este patógeno está presente en animales de países en desarrollo donde no existen medidas de control adecuadas.

¿QUIÉN LA PRODUCE?

El agente causal de la tuberculosis bovina es el Mycobacterium bovis que afecta, además del bovino, a varias especies animales como caprinos, ovinos cerdos, perros, gatos, monos y al hombre por lo tanto es una enfermedad zoonotica. Otras micobacterias, como el M. tuberculosis (humano) y el M. avium (aviar), también pueden infectar al bovino. Las micobacterias son sensibles a los desinfectantes a base de fenoles, y son resistentes al medio ambiente y a los desinfectantes solubles en el agua.

¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS?

La tuberculosis bovina, la mayoría de las veces tiene un curso crónico. Los síntomas son tan variados como los órganos y sistemas afectados. Los síntomas son poco manifiestos. Como en cualquier enfermedad crónica, la pérdida progresiva de peso y la reducción en la producción de leche o carne son constantes, pero inespecíficas. Con alguna frecuencia se observa una tumefacción no dolorosa de los ganglios explorables clínicamente; cuando hay infección hepática o intestinal se presenta diarrea, al igual que infertilidad por endometritis. Algunas veces la tuberculosis pulmonar cursa con signos respiratorios inespecíficos como tos crónica, casi nunca fuerte, sin mucha fuerza.

La vía de ingreso del M. bovis y la localización de la lesión están íntimamente relacionadas en esta enfermedad. Las lesiones pueden localizarse en cualquier órgano, predominando en pulmón y ganglios linfáticos, en forma de nódulos o granulomas o tubérculos de material purulento-caseoso (parecido a queso) de color amarillento cuyo tamaño y cantidad varían.

Como enfermedad crónica, la tuberculosis persiste por períodos prolongados en el ganado, donde las condiciones sanitarias y de hacinamiento contribuyen a su diseminación.

La afección de los ganglios linfáticos mamarios ocasiona mastitis tuberculosa. Entre 2 y 5% de las vacas con la enfermedad presentan mastitis tuberculosa, caracterizada por un endurecimiento y una hinchazón que, al principio, se desarrolla en la parte superior de la ubre, observándose en ciertos casos, los ganglios linfáticos mamarios duros y aumentados de volumen. Esta mastitis tuberculosa posee una importancia excepcional, no sólo por ser fuente de transmisión para los terneros, sino porque puede contagiar al hombre en el momento del ordeño. Las ubres infectadas por vía sanguínea pueden eliminar bacilos en leche sin que aparezca mastitis clínica y se constituye en la principal fuente de infección para la especie humana.

¿CÓMO SE TRANSMITE?

La eliminación del M. bovis por parte de los animales afectados es intermitente y no está en relación con el grado de lesiones presentes. Por infecciones experimentales se comprobó que los animales recientemente infectados eliminan este microorganismo en las etapas tempranas de la enfermedad, cuando aún no son detectables por la prueba de diagnóstico.

La vía de ingreso del M. bovis y el sitio de localización de las lesiones están íntimamente ligados en esta enfermedad. La vía más frecuente (80 a 90%) de infección es por la inhalación de la bacteria (vía aerógena), presente en aerosoles, toses y secreciones de animales enfermos que expelen gran cantidad de microgotitas que contienen la bacteria, que al ser inhaladas por otro bovino llegan al sistema respiratorio y dan comienzo a una nueva infección. Esto se ve favorecido por el contacto directo diariamente de los bovinos en el pastoreo, comederos, corrales y salas de ordeño. En el ganado adulto la tuberculosis, cuando la infección es por vía aerogena, se presenta como una enfermedad respiratoria, provocando lesiones pulmonares y nódulos linfáticos en el tracto respiratorio.

Otra vía de ingreso es la digestiva (10 a 20% de los casos) por el consumo de pastos y alimentos contaminados con secreciones nasales, materia fecal y orina que contienen el agente causal. Este puede sobrevivir en heces, sangre y orina cerca de un año a una temperatura de 12 a 14ºC y al resguardo de la luz solar. Esta sobrevida puede disminuir a 18 hasta 31 días con temperaturas de 24 a 43ºC si es expuesto a la luz del sol. Es muy importante en terneros que se alimentan con leche cruda proveniente de las vacas enfermas, debido a que 1 a 2% de las vacas infectadas eliminan el microorganismo en la leche. Cuando la vía principal de infección es por la alimentación, las lesiones pueden presentarse en nódulos linfáticos de la cabeza, cuello, mesenterio e hígado. Esta fue una de las principales vías de contagio al humano (especialmente niños) hasta que se adoptó la pasteurización obligatoria de la leche y sus subproductos en la década del 60.

Otras vías no usuales pero probables son: la vía cutánea, congénita y genital. Por la vía cutánea se introduce del bacilo en lesiones de piel con material infectado.

La vía congénita (madre-feto) puede ocurrir hasta en 5% de las vacas afectadas, teniendo poca importancia relativa al igual que la transmisión por el servicio natural. En el caso de inseminación artificial la difusión puede ser muy importante si el semen esta contaminado.

Por la vía genital, los toros se infectan sirviendo vacas con metritis tuberculosa. La transmisión más importante se produce por medio de la inseminación artificial, al utilizar semen de toros infectados.

¿CÓMO PUEDE LLEGAR LA ENFERMEDAD A SU PREDIO?

Por la compra de animales infectados, aparentemente sanos, no examinados previamente por la prueba de la tuberculina.
Por el contacto de animales sanos con animales infectados en ferias, exposiciones, remates u otros eventos de concentración de animales.
Por el ingreso a la finca de otras especies animales infectadas.
Por personas enfermas de tuberculosis.

¿POR QUÉ CONTROLAR LA ENFERMEDAD?

Hay tres razones claves para controlar y/o erradicar la TBC:

Porque se transmiten al hombre, principalmente a los que trabajan en contacto con animales infectados (veterinarios, trabajadores rurales y personal de frigoríficos).
Porque limitan el comercio internacional de productos cárnicos y lácteos, influyendo negativamente en la rentabilidad de las explotaciones.
Porque estas enfermedades generan importantes pérdidas económicas en la producción de carne y leche.

El productor percibe los problemas de la TBC cuando los efectos se han acumulado. Como todas las enfermedades infecciosas crónicas, los procesos que origina son lentos y las pérdidas no se manifiestan abruptamente, como ocurre con otras enfermedades del ganado, de carácter agudo y que son más fáciles de detectar. El productor puede sospechar de la existencia de esta enfermedad por el bajo rendimiento en la producción de leche en la hembra, menor vigor sexual en el macho y aspecto de delgadez y debilidad general. Pero como no se practican, en el laboratorio, pruebas de diagnóstico rápido, el Veterinario generalmente no incluye estos en sus controles del rebaño.

¿CUÁLES SON LAS PÉRDIDAS ECONÓMICAS QUE OCASIONA?

La presencia de la enfermedad ocasiona serias pérdidas al sector productivo, pudiéndose analizar desde tres aspectos diferentes:

1. Pérdidas Directas de Producción: específicamente en los aspectos siguientes:

Se reduce la eficiencia productiva de los animales que alcanzan el 10 %, ya sea en ganancia de kilos de carne como así también en producción de leche.
Disminuye la fertilidad hasta un 6%.
La duración de las lactancias disminuye a la mitad en la séptima lactancia. El promedio de 270 días en la 1ª lactancia se reduce a la mitad en la séptima lactancia (131 días).
Se produce una disminución gradual del peso, perdiendo un promedio de 15% del peso normal.
Causa predisposición a otras enfermedades, como efecto secundario, pues hay reducción de la inmunidad.
La esterilidad en vacas tuberculosas aumenta entre 5 y10%.
Pérdida de parición de terneros en hembras tuberculosas.

2. Comercio interior y exterior: el diferencial de precios percibido por el productor por la venta de sus productos provenientesde animales enfermos, y las regulaciones sanitarias que influyen en mercados internacionales.

3. Salud publica: pérdidas productivas por invalidez parcial o total de los trabajadores ligados al sector lácteo y ganadero, como así también operarios de frigoríficos, veterinarios, etc. Y quizás lo más importante y difícil de medir es la repercusión de la enfermedad en los consumidores de productos cárnicos y lácteos. Se observa una preocupación de los Organismos Sanitarios Internacionales OIE/OMS (Oficina Internacional de Epizootias/Organización Mundial de la Salud) por la presencia de esta enfermedad en el ganado bovino e instan a los países, a través de sus representaciones regionales como la Organización Panamericana de la Salud (OPS), a ejecutar planes de control y erradicación de la enfermedad.

En Argentina, las pérdidas directas anuales se estiman en 63 millones de dólares en promedio, correspondiendo a:

Pérdidas por decomiso parcial o total por reses afectadas (9%).
Pérdidas en peso de los animales afectados detectados (36%).
Pérdidas en peso de los animales no detectados (18%).
Pérdidas en la producción de terneros (12%).
Pérdidas en la producción de leche (13%).
Costo de las pruebas tuberculínicas (6%).
Tratamiento de casos humanos (1%).

Venezuela no dispone de datos estadísticos que permitan cuantificar estas pérdidas.

¿CÓMO SE ENFERMA EL HOMBRE?

La tuberculosis, una enfermedad infecciosa tan antigua como la humanidad, ha constituido y constituye hoy un gran problema debido a su crecida difusión, a la mortalidad que causa y a su carácter socioeconómico propio de una infección de curso crónico. Se le considera la enfermedad reemergente más importante en la actualidad.

La historia de esta enfermedad comienza a escribirse en 1648 cuando Keppler menciona la tuberculosis bovina pero en 1831 cuando se asocia la tuberculosis aparecida en humanos con la tuberculosis de origen bovina. El 24 de marzo de 1882, Robert Koch comunicó a la Sociedad de Fisiología de Berlín que, mediante coloración con derivados de anilina, había descubierto al bacilo que producía la tuberculosis, de material obtenido de lesiones humanas, y también de bovinos y suinos.

La tuberculosis bovina tiene alto impacto en las poblaciones de riesgo como son los trabajadores rurales, trabajadores de predios y personal de la industria frigorífica. La infección en el hombre se produce en forma indirecta, a través de la ingestión de leche o productos derivados crudos que se encuentren contaminados (vía digestiva) o por inhalación de las gotitas, en suspensión en el aire, que contienen bacilos, con localización broncopulmonar, al realizar tareas en contacto con animales enfermos o por aerosoles en los establecimientos, frigoríficos o mataderos (vía respiratoria o aerógena). No se puede diferenciar clínicamente ni por rayos-x la infección por M. bovis de la infección causada por M.tuberculosis, principal agente causal de la tuberculosis humana, por lo que es necesaria la identificación bacteriana.

Si bien los casos humanos debidos al bacilo tuberculoso bovino (Mycobacterium bovis) no superarían 4% del total, desde el advenimiento de la endemia de VIH/SIDA se han informado, por vez primera en la historia de la tuberculosis, casos de esta enfermedad asociada al SIDA, producidos por cepas de M. bovis multirresistentes, con elevadísima mortalidad. Estos casos ocurren en pacientes de SIDA internados en centros hospitalarios donde también concurren otros pacientes tuberculosos crónicos. Estos últimos son fuente de infección para los enfermos de SIDA, inmunosuprimidos y, por lo tanto, altamente susceptibles a la infección, en los que además, el pasaje de infección a enfermedad es muy rápido, manifestándose en ocasiones sólo algunas semanas después del contacto con la fuente de infección

Se considera que el porcentaje de casos de tuberculosis pulmonar del adulto humano por M. bovis estaría, en la Argentina, alrededor de 2% y en 8% el de casos extrapulmonares. Ello significaría cerca de 1.000 casos de tuberculosis bovina en el adulto cada año asociadas al lugar de residencia rural y, sobre todo, relacionado con la práctica laboral. En México se presume que 8% de la tuberculosis humana es debida a M.bovis. De acuerdo con la OMS. (Organización Mundial de la Salud) en Latinoamérica y El Caribe hay 117 millones de humanos infectados, lo que alcanza 26% de la población total.

Fuente: http://sian.inia.gob.ve/repositorio/revistas_tec/ceniaphoy/articulos/ne/arti/clavijo_a/arti/clavijo_a.htm