Carne, leche, huevo y alimentos vegetales: ¿son los orgánicos más nutritivos y seguros que los producidos tradicionalmente?

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Antes de abordar este tema controversial desde hace varios años, es pertinente definir qué se consideran ‘alimentos orgánicos y no-orgánicos’. Una de las definiciones que en mi opinión cubre adecuadamente las diferencias entre los dos tipos de alimentos es la siguiente:

‘Los productos orgánicos son los que están libres de organismos genéticamente modificados, provienen de la agricultura ecológica que usa métodos agrícolas respetuosos de la naturaleza y el medio ambiente, con normas muy estrictas sobre el uso de herbicidas, pesticidas y fertilizantes químicos’.

‘Mientras que los alimentos orgánicos de origen animal, carne, leche y huevo, son los producidos sin usar animales genéticamente modificados, sin alimentarlos con antibióticos, hormonas y otras sustancias que estimulan artificialmente el crecimiento de los animales y que se crían en un ambiente sano y respetuoso de su bienestar, del suelo, al aire libre y se les suministran alimentos naturales y ecológicos’.

Dentro de este marco de referencia y basándonos en información científica publicada recientemente, podemos hacer las siguientes consideraciones:

Aspectos económicos. Por las limitaciones impuestas en la definición anterior, el costo de producción y el precio al consumidor final de los alimentos orgánicos es hasta cincuenta por ciento más alto. Esto restringe el uso de estos alimentos al estrato económico de la población que tiene la capacidad de pagar ese precio.

Aspectos sociales. Por la promoción masiva de las ‘bondades’ de los alimentos orgánicos, la tendencia a consumirlos se ha transformado en una moda que satisface las necesidades creadas por la publicidad en la mente de algunos y en el ego de otros.

Aspectos nutricionales, productos agrícolas. Muchos estudios científicos en los últimos veinte años no brindan argumentos concluyentes sobre la superioridad de los orgánicos sobre los no-orgánicos. Sin embargo, sí existen diferencias entre ambos que son interesantes y útiles para que los consumidores podamos decidir con objetividad y basándonos en evidencia científica, cuál de los tipos de alimentos es recomendable consumir.

Una revisión de publicaciones científicas durante los últimos cuarenta años sobre alimentos orgánicos, concluye que la agricultura orgánica produce menos alimentos, con más rentabilidad económica para los productores, con menor impacto para el medio ambiente, contienen menos residuos de pesticidas pero que son nutricionalmente similares a los convencionales.

Mucha gente prefiere pagar más por alimentos orgánicos por la creencia que son mejores para su salud. Lamentablemente, la evidencia de la investigación científica es mixta. Un grupo de científicos de la Universidad de Stanford, revisó 237 estudios que comparan el alimento orgánico y convencional y no se encontró ninguna relación positiva entre el alimento orgánico y la salud.

Aspectos nutricionales, productos de origen animal. Según una investigación sobre la leche y la carne con el sello ‘orgánico’ reporta que estos pueden contener más sustancias beneficiosas que los convencionales. Además, continúa el reporte, tendrían menos sustancias negativas. Aunque es un tema muy controvertido, los resultados parecen bastante sólidos. El estudio muestra que la leche y la carne con el sello ‘orgánico’ contienen cincuenta por ciento más de ácidos grasos buenos, menos de ácidos saturados ‘malos’, más hierro, más vitamina E y mayor cantidad de antioxidantes.

Los antioxidantes son una parte muy importante para la salud óptima, ya que pueden controlar la rapidez con la que se envejece, al combatir a los radicales libres. Entonces, si los alimentos orgánicos contienen niveles mayores de antioxidantes, esto podría llevarnos a concluir que son más saludables, en términos nutricionales, además de tener una cantidad menor de pesticidas, de acuerdo a algunos estudios.

El sello orgánico y los productos que garantizan esta condición tendrán que dar resultados comprobables científicamente para que los consumidores podamos tener la certeza de su superioridad a los convencionales: mejor calidad, mejor trato animal y más limpieza medioambiental.

Otros estudios reportan que los huevos orgánicos, es decir de gallinas criadas en pastoreo y no en jaulas, son más nutritivos que los de las gallinas criadas en jaulas en operaciones comerciales intensivas y que contienen generalmente 2/3 más vitamina A, dos veces más omega-3, tres veces más vitamina E y hasta siete veces más antioxidantes.

Con respecto a la leche orgánica se ha reportado que contiene menores niveles de omega-6, lo que le brinda un índice más saludable, en comparación con la leche convencional; también se encontró que la leche orgánica contiene mayores niveles de vitamina E, mayor concentración de hierro, mayor nivel de antioxidantes, cuarenta por ciento más ácidos grasos ‘buenos’, lo que ha demostraría tener una amplia variedad de beneficios importantes para la salud, desde combatir el cáncer, hasta disminuir la resistencia a la insulina y mejorar la composición corporal.

También se encontró que la leche convencional contiene setenta y cuatro por ciento más yodo que la leche orgánica, lo que podría ser dañino o benéfico, dependiendo de la cantidad de yodo que obtenga de otras fuentes.

Comentarios finales. Como vivimos en una sociedad capitalista y consumista, para algunas personas es imperativo seguir nuevas tendencias y adoptar ideales dictados por grupos con prejuicios sin bases científicas o fuentes fidedignas que los respalden.

Durante los últimos cinco años, los productores y defensores de los orgánicos han hecho una exhaustiva promoción del consumo de estos alimentos a través de las redes sociales y blogs ‘para la salud’, proclamando siempre lo mismo: que estos alimentos no involucran métodos de producción moderna, no emplean pesticidas, fertilizantes químicos y mucho menos se modifican genéticamente.

Investigaciones recientes destacan los beneficios de los alimentos orgánicos: menos pesticidas y mayor cantidad de nutrientes, lo que confirma que ciertamente hay una diferencia con los no-orgánicos y que por lo tanto esta diferencia podría justificar el precio mayor si nos preocupamos por nuestra salud y la de nuestro entorno.

Hasta ahora nuestra mejor opción, para asegurarnos de consumir alimentos saludables, es cultivarlos nosotros mismos, pero como esto generalmente no es posible, se sugiere contactar granjeros locales que cultiven verduras y críen animales de acuerdo a los estándares orgánicos.

La Red Midia