Los gatos son animales extremadamente sensibles a los sentimientos de los seres humanos; el gato suele encariñarse mucho con su amo y las personas con las que se relaciona a diario, siendo muy afectuoso y compañero.
El gato adulto rehuye normalmente a los extraños, pero según el carácter, puede familiarizarse rápidamente con personas desconocidas.
El gato además es un ser sumamente independiente, que no le gusta sentirse controlado, incluso cuando está tranquilamente acurrucado en el regazo de su amo, necesita sentirse libre; si tiene la impresión de que se le está reteniendo, abandonará su posición por cómoda que sea.
Necesitan de un cariño discreto, que no resulte opresivo, además necesita ausencia de prohibiciones; éstas serían las ‘necesidades espirituales’ para un felino.
Su libertad debe poder manifestarse en el ámbito de lo que el animal ha elegido como su territorio, extenso o limitado, según el caso.
El gato acostumbrado a salir a un jardín, o a corretear por el campo, sólo verá satisfecho su deseo de independencia si se le deja salir; el que vive en un apartamento, se sentirá igualmente libre con tal que se le permita moverse a su antojo por donde él está acostumbrado a vivir. . En suma, el felino doméstico necesita sentirse dueño de sus movimientos dentro de lo que él considera sus dominios, ya se trate de una granja en pleno campo, de un chalet con jardín, o un pequeño departamento.
El sabio animal, sabe contentarse con su espacio aunque sea reducido, con tal que no se le niegue libertad de movimientos y tenga la posibilidad de disfrutar de una buena compañía humana, ya que los felinos desarrollan un vínculo verdaderamente importante y profundo con su amo.
El lugar en el que vive felizmente, y la figura del amo afectuoso, se funden en una única identidad, a la que el animal se siente profundamente ligado.
El animal se une con un profundo sentimiento de afecto a la persona que le da mas cariño y asistencia, que no duda en dirigirle de vez en cuando una palabra cariñosa, o en cogerlo en brazos y acariciarlo, evitando hacerlo, cuando el gato rehuye las efusiones.
Dos o mas gatos domésticos que vivan en la misma casa, pueden hacerse mutua compañía, mas el verdaderop vínculo afectivo, lo establece con su amo.