La pérdida de su mascota supuso un duro golpe para este hombre que todavía no se había acostumbrado a tener que afrontar más ausencias en su vida y con ella ha tenido que convivir estos duros años.
Después de servir durante cinco años en el cuerpo de la Marina y de participar en un despliegue en Afganistán donde hubo que lamentar muchas pérdidas, volver a casa no puede ser lo mismo. Esto es una realidad para muchos soldados al retirarse del servicio y esto lo que le pasó a Peter Coukoulis.
La vuelta a su casa de Florida para este joven veterano de guerra de 26 años no fue nada fácil. Coukolis fue diagnosticado con síndrome de estrés postraumático, un trastorno con el que no es fácil lidiar. Y por si fuera poco, su perro, Jackie, al que conocía desde la infancia, había fallecido durante su ausencia. De todo esto hace ya tres años.
La pérdida de su mascota supuso un duro golpe para este hombre que todavía no se había acostumbrado a tener que afrontar más ausencias en su vida y con ella ha tenido que convivir estos duros años.
Por fortuna para él, Coukolis cuenta con una familia excepcional dispuesta a ayudarle. Este año, su familia decidió adelantar la Navidad unas semanas para dar una sorpresa que cambiaría la vida de este veterano de guerra para siempre: un perro.
El 7 de diciembre fue el gran día y Peter, aunque sospechaba de qué podía tratarse no pudo evitar contener las lágrimas de emoción al descubrir a un diminuto cachorro en el embalaje. Una vez destapa el regalo y lo ve no puede parar de abrazarlo y besarlo, mientras llora sin consuelo.Se trataba de un Beagle (como su anterior perrita Jackie) a la que pusieron de nombre Willa.
Si bien es cierto que regalar mascotas no es lo ideal, en el caso de Peter Coukolis supuso un antes y un después en su vida. Sin duda para mejor, a juzgar por las palabras de su madre, Dena: ‘El cachorro ha cambiado la vida de Peter. Le ha hecho feliz después de tres años muy difíciles’.
Fuente: ECOticias.com
