Gracias a los avances en la medicina veterinaria, la mejoría en la calidad de los alimentos y los cuidados cada vez mayores que los dueños brindan a sus mascotas, nuestros perros están llegando a edades más avanzadas en promedio que hace algunos años.
Este aumento en la expectativa de vida trae aparejados problemas de salud y cambios degenerativos que antes o no se detectaban o no podían tratarse. Algunos de los problemas físicos más frecuentes son la insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca, artrosis y debilidad muscular generalizada. También pueden presentarse cambios de conducta asociados a la edad o senilidad.
Durante toda la vida el organismo genera, como deshechos del metabolismo, unas sustancias llamadas radicales libres. Estos dañan todos los órganos y tejidos del cuerpo. En la juventud los mecanismos de eliminación de estos radicales funcionan más eficientemente y el daño es mínimo. Con el correr de los años los efectos nocivos de los radicales libres se van acumulando y además los mecanismos de control ya no son tan eficientes. Esto es lo que se cree hasta ahora que provoca el envejecimiento.
En los perros seniles suelen presentarse cambios de conducta debidos al envejecimiento del cerebro. Algunos de estos cambios son:
- Dormir más durante el día y menos de noche
- Caminar sin rumbo, como compulsivamente. A veces quedan “atascados” de cara a una pared y parecen no poder salir de allí
- Cambios de carácter; pueden volverse menos cariñosos, más intolerantes o no saludar a los dueños o personas conocidas
- Pérdida de interés por las actividades cotidianas de la casa
- Pueden orinar dentro de la casa o en sitios donde nunca lo hacían. No avisan que necesitan salir
- Ladrar sin motivo en cualquier momento; jadear durante la noche mientras caminan
- Pérdida de la orientación, ya sea en la casa o en el paseo
Si tienes un perro anciano y presenta alguno de estos síntomas, consúltalo con tu veterinario, ya que hay maneras de tratar este síndrome y que tu mascota pueda volver a disfrutar de la vida en familia.
