El cáncer de mama también afecta a las mascotas. No es una enfermedad que solo suframos nosotras. Y al igual que en las mujeres, la detección precoz puede salvar la vida de nuestro animal de compañía. De ahí que debamos realizar una exploración física periódica en las mamas de nuestras ‘peludas’ y acudir al veterinario si detectamos un bulto en alguna de ellas.
Además, tenemos buenas noticias: el cáncer de mama en mascotas se puede prevenir. ¿Quieres saber cómo? A continuación te explicamos cuál es la incidencia de esta enfermedad, cómo se trata e, incluso, si podemos evitar que aparezca.
“Una de cada cuatro perras tendrá cáncer de mama en su vida si no se ha esterilizado de forma temprana”, asegura el veterinario Pachi Clemente, director científico de la Asociación de Veterinarios Españoles de Pequeños Animales (AVEPA) y oncólogo de la clínica La Merced, en Calpe. Por lo que respecta a las gatas, “no hay estudios tan detallados, pero se sabe que es el tercer tipo de cáncer más frecuente en felinas”, añade.
Además de la palpación de un bulto en el tejido mamario, hay otras señales de alerta que pueden indicar que nuestra mascota puede sufrir cáncer de mama. Por ejemplo, “una secreción anormal o inflamación del tejido puede ser un síntoma y, ante él, hay que acudir al veterinario para que realice una exploración”, advierte.
En cuanto a los tipos de tumor que padecen nuestras perras o gatas, son muy similares a los que se ven en mujeres. De hecho, “también puede existir una predisposición genética debido a que pueden presentar una mutación en los genes BRCA1 y BRCA2. Asimismo, hay diferentes tipos histológicos y moleculares como, por ejemplo, los HER2+ y los triple negativo”, indica el especialista.