Cruce de perros

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No son pocos los dueños de perros que se plantean hacer criar a sus animales.

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Sin lugar a dudas, la escena de una dulce perra rodeada de sus cachorros enternece a cualquiera y es comprensible que muchos de estos dueños se aventuren a hacerla realidad.

¡Cuidado con soñar despierto!

Desgraciadamente la realidad es que la crianza de perros, es una tarea gratificante pero muy sacrificada y exigente que va a necesitar de todos nuestros esfuerzos, tanto de dedicación como económicos.

¿Las perras deben criar una vez en la vida?

¡Por supuesto que no!

Esta afirmación popular es una lacra que lamentablemente, además de no tener ningún peso científico, ha causado y sigue causando demasiados problemas a los animales y a sus dueños; un embarazo/parto siempre es un riesgo para la salud de la perra, los cachorros están expuestos a un sin fin de contrariedades de salud que podrían acabar con sus vidas y lo peor de todo, el gran riesgo de que los cachorros no acaben en las mejores manos.

Otra de las afirmaciones populares equivocadas es pensar que la esterilización afecta negativamente a los animales cuando la realidad es, que la mayoría de los veterinarios, están a favor de aplicarla lo antes posible ya que no sólo se evitan enfermedades asociadas a la reproducción y comportamientos indeseados en el celo, además evitan camadas no deseadas.

¿A qué edad puede criar una perra?

La edad óptima para criar es cuando el animal se haya desarrollado, física, mental y sexualmente.

En razas pequeñas esto ocurre hacia los 18/20 meses, en las razas grandes habrá que esperar un poco más, hasta los 24/26 meses.

Además de respetar su tiempo óptimo fisiológicamente, también es muy importante que el animal se encuentre en perfectas condiciones de salud: a nivel nutricional, de vacunación, de desparasitación, etc.

Buscar pareja a nuestro perro

La mayor obviedad es que deberemos cruzar a nuestro perro con un animal de su misma raza.

El futuro cónyuge debe cumplir al máximo con el estándar de la raza a nivel físico, además ha de tener un temperamento estable, y por supuesto encontrarse en perfectas condiciones de salud y exento de las posibles enfermedades genéticas específicas de la raza, todo ello verificado por un buen veterinario.

Evidentemente, nuestro animal también debe cumplir escrupulosamente con todas estas condiciones.

Una vez hayamos elegido al animal para el cruce, debemos establecer con el otro propietario las condiciones de la monta. Lo recomendable es firmar un documento por ambas partes donde se detallen todos los pormenores, este sencillo trámite podría evitar muchos problemas en el futuro.

A modo orientativo, en el contrato deben figurar los datos tanto de los propietarios como de los animales. Además hay que detallar el precio de la monta, que recibirá el dueño del macho, o especificar si prefiere algún cachorro de la camada, el número de animales y el sexo que desea. Normalmente, si la monta no se cobra, la camada se reparte entre los dos propietarios con las condiciones que se establezcan.

También es muy importante disponer de futuros dueños para los perritos, así evitaremos que éstos caigan en manos irresponsables y además evitaremos tener que improvisar soluciones de última hora si nosotros mismos no nos podemos hacer cargo de los cachorros que no entregásemos.

El momento de la monta

La monta se realizará en un lugar tranquilo y conocido de los animales, especialmente del macho. La hembra en celo no suele oponer resistencia, sea cual sea el lugar donde se encuentre.

Para asegurar en lo posible la fecundación, es recomendable que se produzcan como mínimo un par de cubriciones en un periodo de 48 horas.

No se debe forzar nunca a la hembra a aparearse, es contraproducente e indigno para el animal, siempre se puede recurrir a una inseminación artificial.

Preparar el parto

Otro aspecto importante es prepararnos para el parto.

Lo primero será elegir el lugar apropiado para que la perra para. Lo ideal sería un cajón de madera u otro material resistente con unas medidas holgadas, que permitan al animal sentirse lo más cómodamente posible en el momento del parto y que además albergue, sin peligro de aplastamiento por falta de espacio, a los cachorros durante sus primeras semanas de vida.

También hay que tener en cuenta que los cachorros necesitarán un ambiente resguardado y cálido, los primeros días se puede poner en el suelo del cajón una toalla o una manta. Habrá que vigilar que no resulten demasiado mullidas para evitar el riesgo de que algún perrito quede aplastado por su madre entre los pliegues.

En el momento del parto ha de disponer de suficiente material absorbente (papel o algodón) para empapar los líquidos fetales.

Es conveniente saber que la mayoría de los partos se suelen dar al anochecer o de madrugada.

Tenemos que prever que en ese momento hemos de estar presentes para acompañar a nuestra perra o ayudarla en caso necesario. Lo idóneo sería tener a nuestro veterinario al corriente del estado de la perra para que en el caso de presentarse problemas graves, como la necesidad de realizar una cesárea, pudiésemos desplazarnos rápidamente hacia la clínica.

Es muy conveniente conocer, mediante ecografía o radiografía, el número de fetos que trae la perra. Este dato nos será muy útil en el parto para conocer el momento final de los nacimientos.

También es posible que el parto no vaya todo lo bien que debería, algún cachorro puede presentar una muerte aparente, en estos casos habrá que limpiarlo frotándolo vigorosamente con una toalla caliente, si no funciona, habrá que despejarle las vías aéreas y practicarle una respiración artificial mientras se masajea la zona torácica, si fuese necesario, también se puede probar la técnica de suspender al feto por las extremidades posteriores durante unos segundos hasta que reaccione.

Los días posteriores al parto serán fundamentales. El veterinario tendrá que chequear lo antes posible a la perra y a la prole. Por nuestra parte, prestaremos atención a la buena evolución de la madre y de los cachorros, iremos controlando el peso de los perritos para asegurarnos que van creciendo correctamente, si se presentase alguna eventualidad con la perra, deberemos alimentar a los cachorros con biberón.

Cruces responsables

Parece evidente que cruzar a perros mestizos o no impedir estos cruces es una irresponsabilidad.

Lamentablemente el abandono de perros cada vez se da más en nuestros días. Aunque los animales de raza son los mejor parados, las protectoras de animales se encuentran saturadas de animales mestizos, tampoco éstos están a salvo del abandono.

Por este motivo pensamos que una de las prioridades del criador debería ser procurarles a los cachorros un buen propietario, responsable y honesto que atienda al animal y le ofrezca una vida digna.

Para concluir, hacer criar a un perro de manera responsable conlleva muchísimas obligaciones, sacrificios y dinero, especialmente si no somos criadores experimentados.

Fuente: http://www.mundoanimalia.com/articulo/Cruce_de_perros