Una de las operaciones más comunes en perros es la esterilización que consiste en la anulación de la fertilidad mediante la extracción de los ovarios y el útero de la perra. Es una operación muy sencilla cuya recuperación es rápida y casi no se nota la cicatriz. Normalmente se opera a la perra por la mañana y, si no hay ningún incidente, se va a casa por la tarde.
Los cuidados que debemos realizar comienzan justo al salir del centro veterinario ya que debemos ayudar a nuestra mascota a superar los obstáculos que le puedan suponer un esfuerzo grande como subir escaleras ya que debido a la anestesia le costará realizar acciones cotidianas y esto puede hacer que la herida se le abra.
Debemos vigilar que nuestra mascota orine lo antes posible para eliminar por completo la anestesia.
Una vez en casa, debemos preparar un lugar cómodo, limpio y de fácil acceso para que pueda descansar correctamente.
Tras la operación, puede que les pique la herida e intentarán lamerse, pero debemos evitar esto ya que pueden arrancar los puntos de sutura y abrir la herida además de que mediante la saliva pueden infectar la herida. Lo normal es que vuestro veterinario le ponga al perro un collar isabelino para evitar esta clase de accidentes.
Otro cuidado básico que nos explicará el propio veterinario es que debemos limpiar la herida del perro para evitar que se acumule suciedad y se produzca una infección y nos dirán que debemos llevar a nuestra perra a una revisión que normalmente se da unos 7 días después de la operación.
Por supuesto, no debemos dejar que nuestro animal haga ejercicio en exceso ya que esto puede hacer que la herida se abra. Debemos pasear a nuestra perra con correa y no dejar que corra, salte o haga movimientos bruscos.
Estos son consejos básicos sobre el cuidado de nuestra perra tras la esterilización, pero debemos recordar que son solo consejos y debemos seguir todo lo que nos diga el veterinario ya que cada animal tiene unas características diferentes y algunas pueden necesitar cuidados especiales.
