El vínculo del apego en la relación humano-animal

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El vínculo del apego en la relación humano-animal

La veterinaria especialista en etología Paula Pérez Fraga ha explicado el vínculo del apego en perros. El Grupo de Especialidad de Etología Clínica (GEMCA) de la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (Avepa) ha publicado un artículo en el que la veterinaria y experta en etología Paula Pérez Fraga explica qué es el vínculo de apego y su importancia en la relación humano animal.

En primer lugar, la veterinaria etóloga señala que la larga historia de domesticación del perro cerca de los humanos ha propiciado la aparición de una relación única en la que los perros forman grupos sociales con las personas. “Esta relación es el vínculo de apego y es la base de por qué los perros son tan exitosos a la hora de convivir con las personas”, apunta.

El apego, desde un punto de vista etológico, es un sistema comportamental que regula una relación afectiva entre dos individuos, en la que uno trata de mantenerse cerca del otro, al que necesita como referencia (base segura) para su correcto desarrollo. Es el sistema detrás de la relación materno-filial y que propicia que las crías se mantengan cerca de sus progenitores para obtener recursos y protección. El fin último de este sistema es la supervivencia de la especie.

Las conductas observables en las crías serían el contacto visual con los progenitores; el seguimiento; físico; el llanto cuando la figura de apego no está disponible, etc. En los progenitores se producen respuestas a esos comportamientos como, por ejemplo, acercarse tras el llanto. En este sentido, Pérez Fraga remarca que las situaciones medianamente estresantes activan el sistema de apego.

Asimismo, añade que, aunque las estructuras neurobiológicas responsables del apego están presentes desde el nacimiento del individuo se necesita tiempo y contacto para la formación del mismo.

El vínculo de apego tiene 5 características que fueron definidas por el psicólogo John Bowlby y que siguen vigentes hoy en día. Una de ellas es el efecto base segura, es decir, que, si el cuidador funciona como base segura, el individuo será capaz de explorar un ambiente nuevo sin signos de miedo y mirará a su base segura como referencia.

Otras de las características son que el individuo debe mostrar una clara preferencia hacia su cuidador en comparación con desconocidos; y el efecto refugio, que se produce cuando el individuo experimenta miedo y se acerca e incluso se esconde detrás de su figura de apego.

Las dos últimas características serían que deben producirse comportamientos de estrés durante la separación de su figura de apego; y que deben producirse comportamientos específicos durante la reunión con el cuidador (la importancia del saludo).

Estos criterios son ciertos para las relaciones materno-filiales. En ellas, la figura de apego tiene mayores capacidades físicas y cognitivas constituyendo lo que se conoce como una relación de apego asimétrica.

CARACTERÍSTICAS DEL APEGO PERRO-HUMANO

Así, Perez Fraga indica que, aunque entre perros y humanos se trata de una relación afectiva entre dos individuos adultos, sigue siendo asimétrica, ya que el humano tiene mayores capacidades cognitivas y regula el acceso a recursos del perro, y además las 5 características del apego están presentes. “Por ello el vínculo de apego de un perro adulto y su tutor es funcionalmente similar al apego entre una madre y sus hijos”, subraya la veterinaria.

“De hecho, las últimas investigaciones han mostrado que los centros que se activan en el cerebro de los perros cuando ven a su tutor son los mismos centros que se activan en los bebés humanos cuando ven a su madre, haciendo este fenómeno todavía más parecido”, explica.

La psicóloga Mary Ainsworth desarrolló el test de situación extraña para medir el apego. En él, un niño y su madre están en una habitación nueva en la que se suceden una serie de episodios prefijados: entra un desconocido; la madre deja al niño solo con el desconocido; el niño se queda solo; el desconocido regresa y más tarde la madre.

Al observar a los niños, pudieron describir con éxito todos los criterios de apego, por ejemplo, que los niños jugaban más en presencia de su madre, la saludaban de una manera especial y lloraban cuando se quedaban solos.

En el caso de los perros, se ha adaptado el test de situación extraña cambiando la figura del padre/madre por la del tutor pero con un orden de episodios muy parecidos, pudiendo demostrarse que los 5 criterios del apego también están presentes en la relación perro-tutor.

Así, cuando el tutor estaba presente, el perro exploraba la habitación (base segura); el perro prefería estar más cerca del tutor que de la persona extraña (preferencia de la figura de apego y efecto de refugio); cuando el tutor abandonaba la habitación, el perro mostraba signos de estrés; y en el reencuentro con el tutor manifestaba comportamientos especiales de saludo. Se comprobó así de una manera objetiva que el apego entre perros adultos y sus tutores es funcionalmente similar al de la madre y sus hijos.

TIPOS DE APEGO EN PERROS

Este test permite determinar también diferentes tipos de apego. Un vínculo de apego disfuncional puede propiciar la aparición de problemas psicológicos y comportamentales. En humanos hay varios tipos de apego, algunos de los cuales se han podido extrapolar a perros.

De esta forma, la veterinaria etóloga enumera las modalidades de apego. En este sentido, el apego seguro se da cuando individuos que muestran algún signo de estrés ante la separación en una situación extraña pero que al regreso del tutor lo saludan, se calman rápido y vuelven a jugar/explorar. Serían tutores que pasan tiempo de calidad con su perro, que lo acompañan cuando explora, y que son sensibles a sus necesidades, es decir, funcionan como base segura.

El apego ansioso, por otro lado, se da cuando los individuos están muy estresados en la separación, y al reencuentro con el tutor no se calman. Los tutores son inconsistentes, pueden premiar y castigar, están disponibles solo a veces sin ningún tipo de previsibilidad e inician pocas interacciones. Este tipo de apego puede estar presente en perros con problemas relacionados con la separación.

Por su parte, el apego evitativo se da en individuos sin signos de estrés en la separación y que no saludan al tutor en la reunión. En humanos, son padres fríos, que rechazan a su hijo. En perros puede suceder en relaciones basadas en la autoridad y no en la cooperación. Tutores que no entienden las necesidades de su perro.

Por último, puede aparecer el apego desorganizado, este es caótico, el individuo busca y rechaza. Hay muchos comportamientos de miedo y estrés. Se trata de individuos con experiencias tempranas dolorosas o traumáticas, puede corresponder a perros maltratados.

¿CÓMO LOGRAR UN APEGO SEGURO CON EL PERRO?

“Debemos comportarnos como una verdadera base segura y acompañar a nuestro perro en su exploración del mundo, estar presentes cuando se enfrenta a nuevos eventos y ser su refugio en situaciones que lo puedan asustar”, defiende la experta, quien señala que es necesario compartir tiempo de calidad juntos, en el que hay que intentar realizar actividades con nuestro perro que los dos disfrutemos.

Asimismo, apunta que el propietario debe comportarse de una manera previsible y consistente, ya que si no el perro no sabrá que esperar de él, pudiendo desarrollar problemas de frustración y ansiedad. “Hay que usar siempre técnicas de aprendizaje en positivo y evitar los castigos, que solo deteriorarán nuestro vínculo, y no funcionaremos como una base segura o refugio porque, ¿quién querría acercarse a un refugio que lo castiga?”, recomienda.

PECULIARIDADES DEL APEGO PERRO-HUMANO

La autora explica que el apego perro-humano es un vínculo que se forma entre perros adultos con su tutor y no debe confundirse con el apego de los cachorros a su madre. Es a partir de los 4 meses cuando los cachorros comienzan a forjar vínculo de apego con un humano, pero, aunque se necesita tiempo y contacto para que se forme el vínculo, este se desarrolla muy rápido y los perros son muy flexibles para formar nuevos apegos.

Con tan solo unas semanas de contacto positivo con un humano, el vínculo de apego formado puede cumplir las 5 características básicas. Esta flexibilidad ha permitido a los perros adaptarse al mundo de los humanos. Así, un mismo perro puede tener varios tutores durante su vida y formar vínculos de apego seguro con todos ellos.

“Además, vivir en una familiar humana favorece la formación de una red de apego en la que se generan figuras de apego secundarias. Tener varias figuras de apego es importante por si la primaria no se encuentra disponible”, enfatiza la veterinaria.

En este punto, apunta que un mal vínculo de apego puede ocasionar problemas de conducta. Por ejemplo, en muchos problemas relacionados con la separación, la existencia de apegos inseguros puede ser la base o propiciar que el problema se complique.

En problemas de este tipo, indica, se ven manejos inconsistentes del tutor, castigos y tutores no sensibles a las necesidades de sus perros. Asimismo, los apegos inseguros predisponen a los perros a padecer problemas de miedo o ansiedad generalizada, explica la veterinaria.

“A modo de resumen, podemos decir que el núcleo de nuestra relación con los perros es el vínculo de apego. Si actuamos en consecuencia, y hacemos del vínculo de apego el eje central de la convivencia con nuestro perro, propiciaremos la cooperación y la comunicación entre nosotros y tendremos menos problemas comportamentales. El vínculo de apego con nuestro perro es único, forjado a través de la evolución conjunta de dos especies muy distintas que son capaces de convivir en perfecta harmonía”, concluye Pérez Fraga.

https://www.animalshealth.es/mascotas/vinculo-apego-relacion-humano-animal