Factores que han cambiado la relación entre los dueños y sus mascotas durante los últimos 60 años

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Actualmente en 2018, el papel que las mascotas, especialmente perros y gatos, juegan en los hogares que deciden tener una en casa, es cada día más importante y complicada, no solo para los dueños, sino también para los animales.

De los años 1960s a la fecha, son tres factores principales los que han cambiado la relación entre dueños y mascotas: el proceso de urbanización, la mercadotecnia de productos para mascotas y la actitud de los humanos hacia los animales.

Durante la segunda mitad del siglo XX la población rural que migró a las ciudades mostró la necesidad de tener la compañía de animales a los que estaba acostumbrada en su entorno rural, principalmente perros y gatos. En esa época la mayoría de esos emigrados tenían la posibilidad de habitar unidades unifamiliares en las ciudades, sin embargo, a medida que la población humana fue creciendo, surgieron más unidades multifamiliares, las cuales debido a menor espacio por persona, la relación dueño-mascota se tornó más cercana físicamente, íntima e interdependiente.

Casi simultáneamente con el aumento de familias urbanas que poseían mascotas, es decir a partir de los inicios de los años de 1960, los fabricantes de alimentos balanceados para animales de granja dándose cuenta del fenómeno de urbanización arriba mencionado, así como del aumento de animales de compañía, con mucha visión principiaron a explotar ese nuevo nicho de mercado: el de alimento para perros y gatos.

En los años 1970s, los 80s y 90s, como Nutriólogo de una empresa de alimentos balanceados, viví los grandes avances en nutrición básica y aplicada de perros y gatos así como de la formulación y producción de los mismos. El crecimiento del mercado de alimentos y aditamentos para mascotas fue exponencial. El enfoque de las actividades de mercadotecnia fue más para satisfacer las necesidades que el dueño creía que su mascota tenía, que para cubrir a las necesidades reales de los animales.

Ahora podemos encontrar en los supermercados y en tiendas especializadas una gran variedad de alimentos, unos elaborados de acuerdo a las necesidades de razas y edades de los animales y otros diseñados para responder a los prejuicios o falta de información de los dueños.

 

La información técnica, los especialistas, así como la estrategia de mercadeo sobre estos alimentos provenía de los Estados Unidos. Varios países de Latinoamérica como México, Brasil, Colombia, Venezuela, Argentina y Chile se destacaron en el uso de esos nuevos conocimientos para el agrado de las empresas de alimentos e implementos para mascotas.

De fines de los 1990s hasta la fecha, 2018, debido a nuevos conocimientos sobre la naturaleza fisiológica y mental de los animales, se han desarrollado tendencias sobre el bienestar de los animales en general y especialmente sobre los perros y gatos. También los especialistas en comportamiento animal, los etólogos, han contribuido a que muchos estemos conscientes que los animales, probablemente, tienen más capacidades mentales y emocionales previamente reconocidos.

Estos conocimientos y la creciente interdependencia dueño-mascota ha influenciado la forma en que se entrena a los perros: de obediencia/recompensa física y disciplina, a una a la que a la anterior se agrega la recompensa “emocional” en base de los “sentimientos” del animal.

Finalmente y relacionado con la actitud de los humanos hacia los animales, la aparición de organizaciones “animalistas” o defensoras del bienestar animal así como la llegada a la edad de independizarse como adultos y poseer mascotas, los llamados Millenials, han enfatizado ese vínculo emocional humano-animal, al punto de compartir y proyectar sus propias preferencias alimentarias y de indumentaria a sus mascotas. Esto está provocando una humanización de los animales que ha creado en sí una gran controversia.

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Próximo artículo: Los Millenials y sus mascotas: extrapolación y substitución de satisfactores.